摘要:En el año 1967 hice un primer viaje a España y trabajé en el Archivo General de Indias, en Sevilla y en otros de Madrid, Alcalá de Henares y Valladolid. En mi recorrido por la península pasé por Trujillo, Extremadura, y allí fui el palacio de los Duques de San Carlos, entregado por sus dueños a una congregación de religiosas que no permitían visitarlo. Una de las mon-jas me informó de la existencia en ese lugar del Archivo de la Casa Ducal de San Carlos y, ante mi interés por consultarlo, me señaló que ello era imposible sin la autorización del jefe de la familia, que a la sazón estaba en Londres, como embajador de España ante el Reino Unido. Por lo demás, aunque yo obtuviese tal autorización, la congregación no permitía visitas, lo que significaba que, de ninguna manera, podría lograr mi propósito.