期刊名称:RICYDE. Revista Internacional de Ciencias del Deporte. doi:10.5232/ricyde
印刷版ISSN:1885-3137
出版年度:2008
卷号:4
期号:12
语种:Spanish
出版社:Ramón Cantó Alcaraz (Publisher)
摘要:Ese mundo soñado al que alude el lema olímpico de Pekín 2008 “One World One Dream” es un mundo que respeta los Derechos Humanos?, ¿Se trata de un mero slogan publicitario y comercial, rentable deportiva, económica y políticamente, pero vacío de contenido? ¿Cómo hacer para que estos Juegos no se conviertan en una justificación o ensalzamiento de un sistema político que no respeta derechos básicos?, ¿Existen paralelismos entre estos Juegos y los de Berlín en el 36?, ¿Castigo con boicot o una buena oportunidad para un diálogo global que garantice una evolución ética universal?, ¿Qué dicen el COI, los atletas, los gobiernos y las empresas occidentales patrocinadoras de los Juegos?, ¿Cómo podemos cambiar la forma de actuar de un país?, ¿Hasta qué punto estos Juegos pueden servir para empezar a hablar de los problemas a los que se va a enfrentar la humanidad en un futuro cercano (desarrollo sostenible, integración intercultural, globalización)? &No parece que ese mundo de ensueño al que hace referencia el lema olímpico “One World One Dream” sea el que representa la China actual, un régimen con un déficit enorme en derechos humanos (cerca de 10.000 ejecuciones capitales al año y el reembolso al Estado de las balas disparadas en la nuca por parte de las familias, juicios sin garantías, torturas, miles de disidentes encarcelados, límites inadmisibles a la libertad de expresión, ofensiva formidable contra Internet con miles de direcciones y páginas bloqueadas). &Los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 evidencian, una vez más, que el ideal humanista que proclama el artículo 2 de la Carta Olímpica en el que se defiende “el respeto por principios éticos universales” y la “conservación de la dignidad humana”, es más un slogan publicitario, puro marketing comercial, que una finalidad prioritaria de los altos dirigentes del movimiento olímpico. La propia elección de Pekín como sede olímpica sin haber tenido en cuenta el historial del régimen chino en materia de derechos humanos ya sería una evidencia de ello. Un único argumento podría ser válido: otorgar la organización de los Juegos a China como una extraordinaria oportunidad para el cambio en dicho país; de hecho en las dos ocasiones que Pekín presentó su candidatura a organizar unos Juegos –la primera frustrada en 1993 y la segunda exitosa en 2001- sus dirigentes se comprometieron a mejorar la situación de los derechos humanos. Incluso hubo alguna iniciativa simbólica en ese sentido que rápidamente se paralizó. Muy pronto se constató que no se iban a cumplir dichas promesas y que de nuevo se iba a perder una oportunidad de lograr avances significativos en esa dirección. Leer más en PDF