摘要:English This paper explores the differences and similarities in three social work processes as viewed by social workers in Norway and Cuba. Contrasting social work processes in these exemplars of de-familialized and familialized welfare contexts offer insight into where social work practices can be governed by international and universal policy, and where context specific national policies may be more appropriate. A qualitative study and thematic analysis based on four focus group interviews (two in each country), with a total of 19 social workers from the respective contexts, were conducted. An international validated vignette of a typical social work case was employed as a tool to help facilitate a group interaction and discussion. The first is an engagement process: how social workers make their decisions on how, or if, to engage with clients. Both Cuban and Norwegian social workers will respond to a client in need, prioritizing children in particular. A second process related to the social worker is needing to obtain a considered overview of the case. Norwegian social workers rely heavily on information about the case coming from the client, and formal rules restrict information flows between services. In Cuba, clients are important and the participation of the family is obligatory, with social workers drawing on a wide group of stakeholders to gather information. The final process is one of distributing responsibility for care and support among the appropriate services and actors. In Cuba, social workers emphasize the family`s role in resolving the case. There is a cultural element here based on the role of the family, but a lack of state services and resources available for social workers in practice is also relevant. In Norway, the Welfare State presents more resources, although social workers refer instead to difficulties in coordination between services. Professionals are held to account in Cuba, whereas institutions take responsibility in Norway. Spanish Procesos de división del trabajo en Trabajo social con familias en Cuba y Noruega. Este artículo explora las diferencias y similitudes en tres procesos del trabajo social a partir de la visión de trabajadores sociales de Noruega y Cuba. A partir de contrastar los procesos del trabajo social en estos casos ejemplares de contextos de bienestar de-familiarista y familiarista respectivamente, el artículo ofrece una visión de hasta dónde la práctica del trabajo social puede estar gobernada por políticas universales e internacionales, y hasta dónde lecturas más específicas según el contexto de las políticas nacionales puede ser más apropiado. Fue desarrollado un estudio cualitativo con un análisis temático basado en cuatro entrevistas a grupos focales (dos en cada país), con un total de 19 trabajadores sociales en ambos contextos. Par el estudio temático se utilizó una viñeta que valida un caso típico para el trabajo social, como herramienta que facilitó la interacción grupal y la discusión. El primer proceso identificado fue el de comprometimiento con el caso: este alude a cómo los trabajadores sociales toman sus decisiones sobre cómo se involucran, o incluso si lo hacen o no, con los clientes. Trabajadores sociales de ambos países responderán a un cliente que lo necesite, priorizando en particular a los niños. Un segundo proceso se relaciona con la necesidad de los trabajadores sociales de obtener una descripción adecuada del caso. Trabajadores sociales de Noruega se apoyan fuertemente en la información proveída por el cliente y en las reglas formales que restringen el flujo de información entre los servicios. Para el caso de los cubanos, los clientes son importantes, y la participación de la familia es vista como obligatoria, pero se apoyan en un amplio grupo de posibles interesados para recopilar información. El proceso final tiene que ver con la distribución de responsabilidades de cuidado y apoyo entre los servicios apropiados y los actores. En Cuba los trabajadores sociales enfatizan en el rol de la familia para la resolución de los casos. Aquí se aprecia un elemento cultural que refuerza la intervención de la familia, pero a la vez la escasez de servicios públicos o recursos para la práctica del trabajo social en familias. En Noruega, el Estado de Bienestar ofrece más recursos, pero los trabajadores sociales refieren en cambio dificultades para la coordinación de la variedad de servicios disponibles. Los profesionales en Cuba retienen más responsabilidad, mientras que en Noruega las instituciones toman más responsabilidades.