摘要:El uso de madera producida de manera sustentable es más amigable para el ambiente que el de materias primas cuya elaboración requiere una proporción elevada de energía fósil. La demanda de madera es creciente, y las plantaciones pueden satisfacerla. En Patagonia se está consolidando un capital importante en bosques plantados, a pesar de los incendios, del retraso en el manejo y del avance de la urbanización sobre las forestaciones. Una concepción económico-financiera del desarrollo indica que las plantaciones de árboles deben restringirse a las zonas con mayor potencial productivo del país y que la Patagonia debería importar madera de esas regiones. Sin embargo, motivos socioeconómicos, productivos y ambientales justifican el fomento de las forestaciones en Patagonia. La demanda regional de madera crece, y para satisfacerla se requieren fletes de más de 2000 km de distancia, con el consiguiente impacto sobre las emisiones de CO2. Como contracara, es una oportunidad para desarrollar una producción forestal basada sobre empresas locales. La región posee un potencial biofísico para forestaciones y podría satisfacer su demanda ocupando una mínima parte del territorio, en un contexto en que los beneficios de la inversión serán percibidos por la generación siguiente a la que realiza la plantación. Su desarrollo requiere de escasa tecnificación y —por ello— genera más empleo que en otras regiones del país. Las plantaciones pueden moderar o revertir los procesos de deterioro de suelos. Los bosques, manejados de forma adecuada, mantienen parte de la vegetación nativa, la vida silvestre, y pueden capturar grandes cantidades de CO2 adicional. La Patagonia posee un conglomerado de instituciones dedicadas a la ciencia y la tecnología que ha generado las bases para conducir de manera sustentable plantaciones en las que se atiendan las consideraciones de localización, diseño y manejo.