摘要:La complejidad y la velocidad de los actuales cambios ambientales a escala global presentan desafíos y oportunidades para la investigación, la gestión y la conservación de la biosfera (Millenium Ecosystem Assessment [MA] 2005). La magnitud de estos cambios derivó en la propuesta de llamar Antropoceno a nuestra época geológica (Crutzen 2002), ya que los seres humanos nos hemos convertido en la mayor fuerza de cambio planetario. Es evidente que los grandes factores promotores de este nuevo escenario (e.g., el calentamiento global, la urbanización y la globalización cultural y económica) afectan a los ecosistemas (Ellis et al. 2011), aunque también existe un reconocimiento creciente de que estos factores influyen sobre las sociedades humanas (MA 2005). Por lo tanto, se puede decir que los problemas categorizados tradicionalmente como “ambientales” (e.g., el cambio climático) poseen causas y consecuencias sociales (e.g., políticas energéticas para combustibles fósiles, impacto económico de la desertificación). De manera recíproca, los problemas “humanos” (e.g., planificación territorial y políticas de inmigración) están vinculados a los ecosistemas y a la biodiversidad (e.g., fragmentación del paisaje, introducción de especies no-nativas y homogeneización biótica). En el contexto del Antropoceno, se hace urgente integrar las dimensiones ecológicas y las sociales del ambiente para mejorar nuestro conocimiento y tomar decisiones más efectivas (Carpenter et al. 2009). El desafío llega a ser aun más relevante en Latinoamérica, que cubriendo sólo el 10% de la superficie del planeta alberga el 50% de la biodiversidad terrestre (Wilson 1989) y el 15% de la diversidad lingüística (Skutnabb-Kangas 2000). Es en Latinoamérica donde se han generado grandes conflictos socioambientales (Wagner 2010). Entonces, ¿Qué papel tiene la ecología como disciplina en Argentina y Chile con respecto a estas transformaciones? Sabemos que a nivel mundial y regional existen ejemplos de integración entre diversos campos académicos que abordan problemáticas “bioculturales” (Toledo & Barrera 2008) y “socioecológicas” (Domptail et al. 2013) de manera interdisciplinaria. Por estas razones, y para pensar juntos sobre esta conceptualización de lo “humano” y lo “natural” en la ecología en nuestros países, presentamos el simposio “Socio-ecología: Avanzando hacia la Integración de ‘la Dimensión Humana’ en el Estudio y Entendimiento de los Ecosistemas del Sur de Sudamérica” en la V Reunión Binacional de Ecología realizada en Chile en 2013. Las reflexiones y discusiones del simposio motivaron este artículo, que sin ser una revisión exhaustiva, intenta catalizar el debate sobre lo socioecológico en la ecología austral. Consideramos que la interdisciplinariedad es una propiedad emergente del análisis holístico de una problemática compleja (García 2006). De esta forma quisimos superar el sesgo de la hiper-especialización individual, obstáculo para reflexiones epistemológicas y prácticas del quehacer de la ecología (Graham & Dayton 2002). Al usar distintas perspectivas acerca de estas preguntas: a) ofrecemos una breve reseña de algunas bases epistemológicas de la dimensión humana en la ecología y revisamos las tendencias en las publicaciones socio-ecológicas a nivel mundial y regional, b) consideramos aspectos interdisciplinarios de la formación de los profesionales relacionados con la ecología y c) presentamos antecedentes de la ciencia ciudadana para ilustrar la integración de nuevos actores sociales en la investigación ecológica. Esperamos contribuir al debate sobre la postura actual y futura que pueda tener la ecología en nuestros países, y hacemos un llamado a convertirnos en agentes activos de la conceptualización y las aproximaciones de investigación y formación.