摘要:El hogar y la ciudad son dos dimensiones escalares diferentes del hábitat humano que están fuertemente interconectadas. El confinamiento pandémico no sólo lo ha puesto de manifiesto, sino que en muchos casos ha llevado las situaciones espaciales al límite, dejando al descubierto la dinámica del hogar y su complejidad ecológica. La casa contemporánea es, por su propia naturaleza, “tentacular”: ella no se explica ni se agota en sí misma, sino que se extiende tentacularmente hacia la ciudad y su entorno, estableciendo con ellos una serie de vínculos osmóticos que le permiten sobrevivir. Este ensayo apunta demostrar que los entornos en los que vivimos son siempre espacios negociados entre humanos y no humanos, al margen de las instancias de imposición de determinadas formas de hacer arquitectura: de hecho, a pesar de que las intenciones de diseño tienden a ser prescriptivas y normativas, la construcción de los lugares siempre se produce gracias a un proceso de negociación entre diversos actores.