摘要:1. Introducción Llegamos al quinto número. Cinco años desde el nacimiento de Quintú Quimün, que ha crecido de una forma que nos alegra y no deja de sorprendernos y sorprender, por la complejidad del contexto en el que se desarrolla la vida académica – la vida, en general- en estos confines del mundo. Parte de la historia es que hoy somos dos firmando esta editorial escrita a cuatro manos -o a ocho quizás, si respetamos una de las frases que caracteriza nuestros intercambios (“estoy a cuatro manos intentando resolver todo”)-. Esa, junto a la de “esta semana estoy hasta las manos”, que se repetía cada semana sin que implicara la postergación de todo lo relativo a la revista, nos acompañaron en la aventura conjunta. Siempre las manos puestas a la obra, las dos de cada una o las que hicieran falta, llegado el caso. Parte de la aventura fue la postulación al catálogo de Latindex 2.0, en el que QQ fue incorporada rápidamente y habiendo cumplido con prácticamente todos los requisitos. En la página de la revista podrán ver también el cambio en el comité editorial. En este nuevo comité participan colegas de distintas universidades de Argentina y Chile: Universidad Nacional del Comahue, Universidad de Buenos Aires, Universidad Autónoma de Entre Ríos, Universidad del Litoral, Universidad de O´Higgins, Pontificia Universidad Católica de Chile, Universidad Nacional de Río Negro. Y por supuesto, parte importante de este proceso ha sido Silverio Ortiz, al pie del cañón desde los inicios del proyecto. En el número actual encontrarán los artículos generales, un dossier sobre la enseñanza del español como lengua adicional coordinado por Ana Brown, nuestro clásico Estado del arte -esta vez explorando en la Semántica de la mano de Fernando Carranza-, la entrevista, la sección de reseñas y los ensayos divulgativos en nuestra desafiante Lingüística que no muerde. Otra de las novedades que inauguramos en esta oportunidad la verán en la entrevista, para la que propusimos un nuevo formato: en lugar de preguntas-respuestas, se trata de un diálogo entre entrevistada y entrevistadora, ambas especialistas en el área abordada. Nuestro objetivo: que en el entramado generado durante ese intercambio se pueda fomentar una construcción de conocimiento más colaborativa. Reunimos, en este caso, a Cintia Carrió (Universidad del Litoral/CONICET) como entrevistadora y a Jacqueline Caniguán (Universidad de la Frontera) para un diálogo sobre la enseñanza de lenguas minorizadas. También el espacio de reseñas, inaugurado en el cuarto número, se vio modificado. Fue un espacio de “reseñas a pedido”. José Silva Garcés (UNComahue/CONICET) y María Inés Rabasedas (UNL/CONICET) seleccionaron los libros a reseñar, a partir de un eje temático que irá cambiando en cada número, e hicieron el “encargo” a dos especialistas en las subdisciplinas abordadas por los libros elegidos. De este modo, la nueva dinámica de esta sección también supone un diálogo entre muchas voces. Agradecemos el trabajo de José e Inés y, por supuesto, a Lidia Chang y Andrea Bohrn por aceptar la propuesta. 2. Agradecimientos Como es sabido, hay mucha gente involucrada detrás de cada número, que realiza una labor fundamental. Por esto, queremos agradecer en primer lugar a quienes han colaborado con el trabajo de evaluación. Valoramos muchísimo todo lo que han hecho y hacen por Quintú Quimün. También agradecemos a Juan José Arias, Sol Dibo, Matías Fernández y Andrés Marmol por el trabajo realizado en corrección de estilo, revisión de resúmenes, etc. Además, por supuesto, va nuestro agradecimiento a todas las personas que confiaron en la revista y enviaron sus propuestas para una publicación. Esperamos que la experiencia haya sido enriquecedora. 3. Lo que sigue Siempre vamos por más. Hay un objetivo que aún no hemos podido cumplir, aunque estamos trabajando con ahínco. Si “el río deja pasar al que camina”, como dice la canción de Perotá Chingó, podremos alcanzarlo. Cuando lo logremos, se van a enterar de qué se trata, pero pueden ir deseándonos suerte mientras tanto. No importa dónde estén, el viento patagónico -con la fuerza que lo caracteriza- nos hará llegar sus buenos deseos.