摘要:En Chile y Latinoamérica, el Estado ha construido ciudad. Así, desde edificios y espacios públicos, arquitecturas institucionales, escolares, habitacionales, hospitalarias, industriales, de transporte, hasta en las más distintas esferas, resulta innegable la acción estatal en la producción de arquitecturas de carácter público. En diversas épocas este hecho ha sido más o menos valorado o reconocido. A modo de ejemplo, durante la presidencia de José Manuel Balmaceda (1886-1891), su mandato emprendió una numerosa obra pública que procuró extender la modernización por el país a través de edificios e infraestructura. Asimismo, durante la década de 1940, con el impulso de los gobiernos del Frente Popular, se advierte una sostenida acción de institucionalización que derivó en el emprendimiento de numerosos edificios que propagaron los beneficios de la arquitectura moderna en arquitectura pública y vivienda popular. Con la aplicación de un modelo económico-social capitalista, que privilegia las oscilaciones del mercado, a partir de la década de 1970 y hasta la actualidad, se ha favorecido al quehacer privado, de modo que la acción del Estado en la producción de la ciudad ha quedado cercenada y, en muchas ocasiones, apagada o denostada.