摘要:Las elecciones presidenciales de México en 2018 produjeron la victoria inédita de un candidato ubicado a la izquierda del espectro ideológico, Andrés Manuel López Obrador. Dicho triunfo modificó la configuración del sistema de partidos con la entrada de una nueva fuerza política al gobierno, Movimiento Regeneración Nacional (Morena). En este contexto, la investigación tiene como objetivo evaluar si este proceso electoral crítico de realineamiento electoral se relaciona con la activación de un clivaje étnico en la competencia electoral mexicana. Lo anterior se realiza con base en datos de encuesta destacando la autoadscripción étnica como variable independiente. El presente trabajo identifica aquellas dimensiones utilizadas en los estudios de comportamiento electoral, aportando evidencia sobre cómo la división política de carácter étnico forma parte de los factores estructurales para explicar el voto. Los principales resultados indican que, en estas elecciones, los votantes, autoidentificados como indígenas y mulatos, sufragaron significativamente más por el candidato ganador; mientras que aquellos autoidentificados como blancos dirigieron su voto predominantemente a los perdedores. Más que confirmar la hipotética existencia de un voto indígena, los resultados sugieren la activación de un voto étnico y regional, sumado al efecto de las posiciones ideológicas y los rendimientos del sistema político durante estas elecciones. / The presidential elections of 2018 in Mexico resulted in the victory of leftwing candidate Andrés Manuel Lopez Obrador. This outcome changed the political landscape of the country with the rise of a new political force, the National Regeneration Movement (or Morena, in Spanish). This article explores whether or not this change is related to the political activation of an ethnic rift in the Mexican electoral process. It relies on databases and surveys which include ethnic self-identification as an independent variable. The article points several elements which are commonly used in electoral behavior research, and offers evidence which shows that political divisions of an ethnic character can partially explain voting patterns. We find that, during these elections, voters who self-identified as indigenous and mulattoes proportionally voted more for the winning candidate, while those who self-identified as white voted for others. Rather than proving the existence of a so called indigenous vote, these results point suggest the rise of ethnic and regional voting trends, along the effects of ideological positions and the pay-offs of the political structure.