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  • 标题:La Reproducción del Mito
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  • 作者:Carlos Javier Blanco Martín
  • 期刊名称:A Parte Rei : Revista de Filosofia
  • 印刷版ISSN:1137-8204
  • 出版年度:2003
  • 卷号:26
  • 出版社:A Parte Rei
  • 摘要:A menudo, olvidamos que el hombre no siempre ha estado en posesión de una conciencia histórica. La separación entre el hombre antiguo, y el medieval, por un lado, y el hombre moderno (simplemente, nosotros), por el otro, es resultado absoluto de una carencia o una posesión: la concerniente a la conciencia histórica. La incorporación secularizada y desmitologizada de esa forma específica de conciencia significa el salto abrupto de un Rubicón: un cambio cualitativo que empeque.ece la mera distancia cuantitativa entre el ayer y el hoy. Como ha subrayado H. G. Gadamer 1 , el historicismo sólo ha sabido ver puentes y distancias entre el pasado y el presente. La tradición era el puente colgante que había que utilizar, para luego superar. Pero la tradición también puede ser contemplada como monta.a acumulativa, como suelo material y nutricio, como superficie en la que se debe excavar. El fenómeno religioso es hoy un soporte necesitado de excavación y de abismales profundizaciones. La instalación de millones de seres humanos en nuestro planeta, es una instalación existencialmente religiosa, a veces con grados elevados de fanatización y con formas novedosas de sincretismo. Una incomprensión obstinada de éste nuestro mundo "teoclino" y arracional, por parte de la humanidad ilustrada (atea, agnóstica, anticlerical) no hará sino rebajar progresivamente el calado de los debates públicos, desertizando nuestra política y pedagogía de todo tratamiento filosófico. Al margen de esos tratamientos no hay propiamente combate de ideas, y siendo este el caso, los combates se relegan de manera abrupta y poco sutil a las arenas de la geoestrategia de potencias nacionales, o a los dictámenes de burócratas estatales. En las páginas que siguen trataremos de comprender qué es el mito y expondremos una visión evolutiva de éste, mostrando sus pervivencias y repliegues, incluso en una fase historicista como la nuestra. El hombre moderno, y en mayor grado el actual, ha integrado materiales mitológicos de su conciencia en eso que algunos quisieran ver como una mitología (lineal y abierta) que es la Historia. Esta es una forma activa de conciencia a la que no se puede menguar el valor pedagógico y crítico. De lo contrario, corremos el peligro de incapacitarnos a la hora de asumir y replantear tradiciones, y la humanidad podría dejarse tiranizar ciegamente por ellas. 1 Gadamer, H.G. (1993): El problema de la conciencia histórica, Tecnos, Madrid. var currentpos,timer; function initialize() { timer=setInterval("scrollwindow()",10);} function sc(){clearInterval(timer); }function scrollwindow() { currentpos=document.body.scrollTop; window.scroll(0,++currentpos); if (currentpos != document.body.scrollTop) sc();} document.onmousedown=scdocument.ondblclick=initialize La Reproducción del Mito. Carlos Javier Blanco Martín A Parte Rei 26 http://aparterei.com 2 La Historia y la mitología. 2 El hombre dotado de conciencia historicista, según dice Mircea Eliade, vive en una situación de terror permanente. Esta índole de sujeto no puede renovar su existencia en cada ciclo. Lo que haga es de magna responsabilidad ante las generaciones ulteriores. El hilo del tiempo es un hilo muy tenso, y se rompe en cada acontecimiento. Las matanzas, los genocidios, dejan huella en el transcurso de ese hilo, sin hacer posible una renovación purificadora. Es fácil, desde una visión trans-temporal amplísima (que asimile, como hace este autor, ideologías a religiones, o mitos) ver en las ideas de Marx una profecía y una opción soteriológica. El futuro del comunismo es homólogo al paraíso. Ese paraíso forma parte de concepciones lineales de la historia, de entre las cuales la tradición judeocristiana fue muy responsable. El pueblo judío, de manera especial, nos ha legado ese talante esencialmente histórico de su religión. La religión y la historia se funden en un reino de lo contingente, de lo voluntario, no de lo necesario, ni eterno ni cósmico. El marxismo del "hombre nuevo" entra más de lleno en las concepciones no lineales, lejano-asiáticas e indoeuropeas antiguas, que tienen fe en la renovación de esencias (p. e. Mao): "Marx recoge y continúa uno de los grandes mitos escatológicos del mundo asio- mediterráneo, a saber: el del papel redentor del Justo (el –"elegido", el "ungido", el "inocente", el "mensajero"; en nuestros días, el proletariado), cuyos sufrimientos son llamados a cambiar el estatuto ontológico del mundo. En efecto, la sociedad sin clases de Marx y la desaparición subsisguiente de tensiones históricas encuentran su más exacto precedente en el mito de la Edad de Oro que, según múltiples tradiciones, caracteriza el comienzo y el fin de la historia. Marx ha enriquecido este mito venerable con toda una ideología mesiánica judeo-cristiana: por una parte el papel profético y la función soteriológica que asigna al proletariado; por otra la lucha final entre el Bien y el Mal, que puede parangonarse sin dificultad con el conflicto apocalíptico entre el Cristo y el Anticristo, seguida de la victoria decisiva del primero". 3 Pero, dejar de ser historicista, y querer ver desde el cielo la humanidad como si ésta no hubiera arrojado conquistas espirituales objetivas, a saber, la ciencia positiva y la conciencia histórica, equivale, ni más ni menos, a homologar todo mito a la metafísica. Ambas formas de conocimiento o actitud, reunidas, se podrían equiparar a la ciencia, la historia y la ideología occidental. La visión del comunismo como una escatología, la ciencia como una fe, así como en el mito contemplar una ontología, y sucesivamente, es el simple resultado de una arrogancia de los eruditos. Estos ponen "datos" sobre su mesa de trabajo, y desde la altura de sus cuellos de camisa los contemplan. Trabajos de etnólogos, crónicas del mundo antiguo, indagaciones de filólogos e historiadores, así como experiencias 2 Levi-Strauss: "No estoy muy lejos de pensar que en nuestras sociedades la historia sustituye a la mitología y desempe.a la misma función, ya que para las sociedades ágrafas y que por tanto carecen de archivos la mitología tiene por finalidad asegurar, con un alto grado de certeza –una certeza completa es obviamente imposible- que el futuro permanecerá fiel al presente y al pasado. Sin embargo, para nosotros el futuro debería ser siempre diferente, y cada vez más diferente del presente, diferencias que en algunos casos dependerán, es claro, de nuestras elecciones de carácter político. Pero a pesar de todo el muro que existe en cierta medida en nuestra mente entre mitología e historia probablemente pueda comenzar a abrirse a través del estudio de historias concebidas ya no en forma separada de la mitología, sino como una continuación de ésta" (Levi-Strauss, C. Mito y Significado, Alianza, Madrid, 1987, p. 65). El presente trabajo tiene como objeto mostrar que las formas de esa continuación son complejas, y deberían incluir las pervivencias, repliegues, y constancias de los mitemas en una civilización "historicista". 3 Eliade, M. (1983): Lo Sagrado y lo Profano, Labor, Barcelona, 1983. p. 174
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