摘要:De la exaltación del sujeto a su humillación y de la puesta al desnudo del psicoanálisis sale el "cogito" cartesiano herido. Para esto las tradiciones orientales ayudan a contraponer el excesivo énfasis occidental en el individuo. El Zen nos ayuda a pensar en que el sujeto debe salir de sí. Un pensar, que en silencio, escucha y camina, más que hablar y manipular. Un yo que negándose y perdiéndose se encuentre. Un yo que no devore al otro, sino que se abre, al encontrarse acogido por todo y por todos. Esta aportación oriental nos invita a dar un paso a la filosofía de la contemplación, la receptividad y el salir de sí practicando Zen. A olvidarse de sí, que no quiere decir vivir sin pensar, sino a "pensar sin pensar" o un "sentarse a pensar el no-pensar" (zazen).