摘要:Pensamos y razonamos a partir de nuestra experiencia con el mundo de los afectos y sentimientos. Sin esa relación no es posible desarrollar la racionalidad, pues ésta es un correlato del mundo sintiente. Esa es la tesis central que sostiene Germán Gutiérrez en su trabajo: "Neurobiología y contenido material universal de la ética: reflexiones a partir del modelo neurobiológico de Antonio Damasio". Para este científico, las funciones neurológicas del cuerpo no están disociadas de las funciones sentimentales del pensamiento. Se suponía que eran dos tipos de funciones orgánicas excluyentes entre sí, de un lado el cuerpo (res extensa) y del otro, el pensamiento (res cogitans). De esa tradición cartesiana se asumió en la Modernidad que la separación en dos territorios de la vida humana, cuerpo y alma, permitía comprender la existencia humana únicamente como dos partes disímiles e incongruentes. Se demuestra, cada vez más, que la "realidad" no es así. Es mucho más compleja y complementaria. Los descubrimientos de Damasio, son reconocidos en su valor tanto por la filosofía como por la ética. Es decir, debemos situar la acción del pensamiento en el cuerpo presente de unos y otros seres biológicos, y responder a la responsabilidad que se desprende del compromiso de la acción, entre y para los seres humanos. Pues, a fin de cuenta, estamos frente a frente de actos que conllevan a la reproducción de la vida. Y en este proceso del pensar y actuar racional (neocortical) y sentimental (subcortical), está puesta la finalidad del desarrollo de la especie humana. En ese punto de la "evolución" queda justificada la insurgencia social del homo sapiens. Será, entonces, la aculturación la que nos permitirá el re- conocimiento –no más dominio-, de lo natural a través de la historia. Sin embargo, lo que encierra la sutiliza del argumento de Damasio es que ningún intento de renuncia o negación del mundo biológico, será suficiente para continuar aceptando cualquier fundamentalismo racionalista. Por otra parte, la propia "conservación de la especie humana", responde a un entorno social que se norma ética y moralmente cuyo origen y fin, si bien están implícitos en estrategias suprainstintuales de los procesos biológicos innatos del cuerpo que contribuyen a la supervivencia, son y responden a la intersubjetividad de cada persona o colectivo social