摘要:La reciente confrontación sobre la ley educativa, que ha concluido con la derogación de la LOCE y su sustitución por la LOE, ha tenido mucho de maniobra de distracción, de espejismo convenientemente agitado desde las plataformas propagandísticas del gobierno con el que se le ha escamoteado a la sociedad civil la posibilidad de debatir sobre la cuestión quizá más decisiva en cuanto al logro o fracaso de las metas políticas de la educación, a saber, la privatización —o, como se dice en el lenguaje economicista del nuevo liberalismo, la externalización— del servicio público de educación.