Desde quienes en los años 60 analizaban el evangelismo como un «refugio»comunitario para las masas hasta quienes en los últimos años han promovido análisis multicausales, muchos han tratado de explicar el fuerte crecimiento de los grupos evangélicos durante las últimas décadas. Especialmente en sus variantes neopentecostales, el movimiento evangélico interactúa cada vez más con las nuevas tecnologías y ocupa espacios más «mundanos» de la sociedad. No obstante, ¿es posible un crecimiento lineal en detrimento de la población católica? Quizás no, pero lo cierto es que el catolicismo ya no tiene el monopolio del cristianismo en América Latina.