El artículo devela las coyunturas políticas y económicas que produjeron en Nicaragua la crisis de las microfinanzas de 2009. Explica que las causas que la generaron siguen intactas, y que las familias campesinas y campesina-finqueras siguen pagando el costo de la crisis. El abordaje teórico del artículo se basa en el enfoque socio-político de Karl Polanyi. Así, para los autores las microfinanzas y los mercados asociados no son realidades naturales, sino procesos "ficticios", socialmente institucionalizados e inevitablemente integrados en procesos políticos específicos y marcos socioinstitucionales particulares. El artículo argumenta que el 'Movimiento No Pago' y las reacciones de las instituciones microfinancieras (IMF), junto con los carteles que monopolizan las cadenas de valor de productos agropecuarios, condujeron a un proceso de exclusión del campesinado, apartándolo del financiamiento. El análisis de los dos años de enfrentamientos violentos entre las IMF, los movimientos de productores y el gobierno nacional, permite llegar a la paradójica conclusión de que los intereses estratégicos, tanto de las microfinancieras como de sus clientes rurales vulnerables, se hubieran beneficiado más con una alianza política que con la confrontación.