摘要:La población inmigrante en general utiliza con menor frecuencia que la autóctona la mayoría de los servicios sanitarios. En la frecuentación de las urgencias generales no se encuentran diferencias significativas entre autóctonos e inmigrantes. Sin embargo la percepción de los profesionales que atienden las urgencias es la mayor utilización de este servicio por la población inmigrante. Quizás esto sea debido a la dificultad idiomática y de compresión cultural puede requerir más esfuerzo y más tiempo en la atención al paciente inmigrante. El médico que atiende a población inmigrante, así como a turistas y cooperantes españoles, debe familiarizarse con una serie de patologías, algunas de las cuales pueden resultar excepcionales entre la población autóctona, pero que son endémicas en algunos de los países de procedencia de la población inmigrante, frecuentemente debido a su menor desarrollo socioeconómico. Algunos aspectos a tener en cuenta en la atención al paciente inmigrante pueden ser entre ellos el evitar el riesgo de minimizar las quejas psíquicas y achacarlas todas al desarraigo, o si se ha de prescribir una dieta o algunos fármacos, tener en cuenta el tipo de alimentación del país del paciente y las creencias religiosas. El nivel de respeto y la capacidad de detección de las diferencias religiosas o culturales en relación con el cuidado de la salud, es una tarea fundamental que los profesionales sanitarios deben asumir con el mayor compromiso para lograr una atención culturalmente apropiada ante la diversidad.
其他摘要:The immigrant population in general uses the health services less frequently than the native population. No significant differences are found between immigrants and natives in the use of emergency services. However, the perception of professionals who attend to the emergency services is that there is a greater use of these services by the immigrant population. Perhaps this is because difficulties of language and cultural understanding might require more effort and time in the care given to the immigrant patient. The doctor, who treats the immigrant population, as well as tourists and Spanish overseas voluntary workers, must become familiar with a series of pathologies, some of which might be exceptional among the native Spanish population, but which are endemic on some of the countries of origin of the immigrant population, frequently due to their lower socio-economic development. Some aspects to bear in mind in treating the immigrant patient might be as follows: avoiding the risk of minimising psychic complaints and explaining them away to uprootedness; if a diet or medicine is to be prescribed, the type of food and religious beliefs of the patient's country should be taken into account. The level of respect and the capacity to detect religious and cultural differences in relation to health care are fundamental tasks that the health professionals must assume with the greatest commitment in order to achieve care that is culturally appropriate in the face of diversity.