Schulz-Cruz, Bernard. Imagenes gay en el cine mexicano: tres decadas de joterio 1970-1999.
Martin, Juan Carlos
Schulz-Cruz, Bernard. Imagenes gay en el cine mexicano: tres
decadas de joterio 1970-1999. Mexico, D.F.: Fontamara, 2008. 238 pp.
Imagenes gay en el cine mexicano es un libro que aborda
criticamente la representacion filmica de la imagen homosexual masculina
en el cine mexicano entre los anos 1970 y 1999. A traves de un analisis
sucinto pero revelador, Bernard Schulz-Cruz recupera y vindica la
existencia de un corpus cinematografico mexicano de treinta y seis
peliculas, que con mayor o menor exito expone la ubicuidad de un
imaginario gay dentro de una sociedad mexicana patriarcal. Este corpus
de peliculas, que no representa "de ninguna manera un cine
gay" (13), segun afirma el autor, es el escaparate ideal no solo
para reiterar la presencia testimonial de una imagen gay estereotipada,
bien documentada y estudiada por cierto, sino tambien para explorar la
adecuacion del cuerpo homosexual como cuerpo filmico, es decir, como
imagen gay que contrasta con una "heteronormatividad" (13)
discriminatoria, hipocrita y, por ende, ambigua.
Tomando como base formal el punto de vista de la camara como
constructora de una identidad filmica gay, el autor expone la progresiva
transformacion que va sufriendo la imagen cinematica homosexual al ser
apropiada e interpretada tanto por una audiencia heterosexual como
homosexual -- "la mirada gay" (168) -- mexicana. El analisis,
que avanza cronologicamente y que comienza en la decada de los setenta,
permite reconocer en un primer momento la presencia de personajes
filmicos gay que, aunque risibles y estereotipados en su mayor parte,
comienzan a irrumpir y reclamar un lugar privilegiado dentro de una
"realidad mexicana" (26). Esta primera ubicacion de la imagen
gay proyecta, segun el autor, una vision negativa en el imaginario
social heterosexual mexicano al asociar al sujeto homosexual en la
pantalla con comportamientos sicopatas y enfermizos que perjudican y
"obstaculizan la posibilidad de que el homosexual se pudiera ver
positivamente en la imagen proyectada" (31). No obstante,
Schulz-Cruz vislumbra un cambio paulatino pero significativo a medida
que el cuerpo gay consigue trascender cinematograficamente la vision
monolitica que historicamente condenaba y marginalizaba un discurso e
imaginario homosexual en la esfera publica mexicana.
En su analisis, Schulz-Cruz senala que las peliculas de los anos
setenta revelan una construccion del imaginario gay que responde a
planteamientos mayoritariamente sicologicos o sicoanaliticos,
proyectandose asi un sujeto gay indeciso, violento, patologicamente
enfermo y danino para la sociedad. La imagen gay de esta decada es
claramente marginal y, aunque reivindica la presencia de un imaginario
homosexual, la homosexualidad como subversion a la norma heterosexual
esta condenada al fracaso y en ultima instancia a la destruccion
simbolica del sujeto homosexual en la pantalla. No obstante, el autor
hace una lectura positiva de algunas de estas peliculas al senalar que
el cuerpo gay rompe moldes estereotipados, puesto que ya no predomina un
cuerpo gay afeminado y risible, sino un cuerpo gay normalizado --
"que se hace fuerte y exige su lugar en la sociedad" (178) --
aunque detras de esa mascara de masculinidad se oculta un deseo joto
reprimido que busca "ubicarse en el espacio mexicano" (79).
En los ochenta, afirma el autor, el acomodamiento de la imagen gay
en el cine mexicano evoluciona cuando los temas en torno al imaginario
gay cobran una dimension social muy marcada, destacando sin duda el
tratamiento en la pantalla de la represion homofobica en la propia
familia y en la sociedad, o la destruccion y alienacion que sufre el
cuerpo homosexual y, por ende, la homosexualidad, con el descubrimiento
del SIDA. No obstante, el autor reconoce la validez de esta imagen gay
como "discurso visual" (107), que vindica la presencia de un
imaginario gay latente, e ilustra por primera vez la relacion y el deseo
gay, como se manifiesta en la pelicula de Hermosillo Dona Herlinda y su
hijo (1984).
La ultima etapa del analisis corresponde a las peliculas de la
decada de los noventa. Destaca el autor la influencia positiva del video
y del dvd para difundir la imagen gay en el imaginario colectivo
mexicano. Como en la decada anterior, continuan reflejandose en el cine
cuestiones que conciernen a "las parejas gay" (165) o a la
propia construccion de un cuerpo gay que se ha deshecho finalmente de
"las mariconadas de los anos setenta y ochenta" (165). El
autor percibe a finales del siglo xx "una tendencia [cinematica] a
normalizar la situacion del sujeto gay, a incluirlo en el espacio
publico" (199). Sin embargo, advierte el autor, se produce tambien
un retroceso en la construccion positiva de la imagen homosexual al
volverse a indagar en la condicion gay a traves del sicoanalisis y los
estereotipos jotos que antano injuriaban el imaginario gay en el cine y
en la sociedad mexicana.
El lector interesado en la critica cinematografica, especialmente
en torno a la construccion de un imaginario gay en el cine mexicano, se
beneficiara en gran medida de la lectura del estudio de Bernard
Schulz-Cruz Imagenes gay en el cine mexicano: tres decadas de joterio
1970-1999. El comentario teorico-critico que acompana a cada pelicula
representa por si mismo una herramienta de consulta valiosa y relevante
tanto para academicos como amantes del cine en general. Es cierto que
varias imagenes gay presentadas en el estudio son contradictorias y
conflictivas en su lectura, en parte porque nunca llega a dirimirse
claramente una conducta sexual gay sana y reivindicativa frente al
estereotipo homosexual negativo instaurado en el imaginario colectivo
mexicano. No obstante, Bernard Schulz-Cruz parece "exorcizar"
(226), o por lo menos, limpiar la imagen filmica gay en este corpus de
cine mexicano, dotandola de mayor profundidad critica y liberandola
parcialmente del escarnio que todavia sufre.
Juan Carlos Martin
Stonehill College