C. A. Nolan-Ferrell: Constructing Citizenship. Transnational Workers and Revolution on the Mexico-Guatemala Border, 1880-1950.
Wiesner, Martha Rojas
C. A. Nolan-Ferrell
Constructing Citizenship. Transnational Workers and Revolution on
the Mexico-Guatemala Border, 1880-1950
Tucson: The University of Arizona Press, 2012, xii + 227 pp.
Transnacionalismo, comunidades y trabajo son los principales ejes
teoricos del analisis que nos presenta Catherine Nolan-Ferrell en su
libro, en el que analiza los procesos historicos de construccion y
apropiacion de identidades colectivas en contextos vinculados con las
fronteras nacionales.
Desde una perspectiva transnacional, a la autora le interesa saber
como personas comunes que viven en una region fronteriza de dos paises
vecinos desarrollan conceptos compartidos de ciudadania y nacionalidad.
En su consideracion, el transnacionalismo provee un esquema teorico para
conceptualizar los procesos historicos que crean distintas identidades
nacionales en regiones de frontera caracterizadas por: la diversidad
etnica y cultural, el constante movimiento de personas y la expansion de
una economia de exportacion. Desde esta perspectiva, para la autora, la
ciudadania es un concepto que va mas alla de "la subjetividad
politica para incluir la ciudadania flexible y la pertenencia
cultural" (12).
Por otra parte, la autora considera que la identidad nacional no es
una condicion, sino un proceso de identificacion (12). Esta
identificacion puede ser categorica cuando hay una clasificacion
impuesta por un poder externo (el estado nacional, por ejemplo, a traves
de funcionarios locales y federales) y tambien puede ser relacional
cuando la pertenencia depende de las relaciones con otros (de los
trabajadores, por ejemplo, con sus redes sociales). Los dos tipos de
identificacion interactuan para crear diferentes significados de
ciudadania y de nacionalidad. De este modo, para la autora, la identidad
nacional es un proceso historico de construccion y apropiacion, mediante
el cual grupos sociales demandan la membresia a comunidades nacionales
segun sus propios intereses y necesidades. Por eso, se enfatiza en la
necesidad de "conocer las condiciones en las cuales nacionalidades,
comunidades e identidades laborales se fusionan y fragmentan" (1).
Centrandose, entonces, en la historia de Mexico, la autora analiza
como la Revolucion Mexicana (1910-1920) fue clave en el desarrollo de
las nociones de nacionalidad y ciudadania para sectores de poblacion que
evidenciaron la consolidacion de elites politicas y economicas en el
periodo pre-revolucionario (1876-1910) en Soconusco, una region del sur
del estado de Chiapas de importancia en la conformacion de la frontera
internacional de Mexico con Guatemala. En terminos de la autora, esta
region constituye "un campo social transnacional" (12) para
estudiar las condiciones historicas relacionadas con la identidad
nacional.
Con la Revolucion Mexicana, los trabajadores agricolas y los
campesinos comenzaron a apropiarse de un discurso como ciudadanos, que
demandaban derechos y esperaban el cumplimiento de las promesas del
gobierno federal sobre la adjudicacion de tierras y reformas laborales
que en el periodo posrevolucionario llevarian a una ruptura de la
estructura economica y politica que habia prevalecido desde la etapa
previa a la Revolucion. La autora afirma que el periodo
posrevolucionario en Chiapas tipifica las luchas entre las clases
subordinadas y las elites que controlaban el estado. En particular,
senala la autora, los trabajadores en Chiapas ganaron legitimidad e
incrementaron su posicion en relacion con otros grupos para reclamar sus
derechos como herederos legitimos de la revolucion. Identificarse como
ciudadanos mexicanos les permitio reclamar los beneficios de la
Revolucion y negociar con la burocracia agraria del Mexico
posrevolucionario, utilizando su identidad de manera estrategica para
demandar justicia social, aun cuando tuvieran pocas posibilidades de
obtener beneficios economicos.
El estudio historico de Nolan-Ferrell da cuenta de un intenso
trabajo documental llevado a cabo por la autora en archivos y otras
fuentes locales, regionales y nacionales, tanto en Mexico como en
Guatemala. Ademas, se basa en historias orales proporcionadas por
campesinos de algunas de las comunidades que recibieron tierras durante la epoca de la reforma agraria. Su investigacion no solo contribuye al
conocimiento del proceso historico de construccion de la nocion de
identidad nacional en un contexto fronterizo, al mismo tiempo da cuenta
del proceso de integracion de una region al resto del pais, pero sobre
todo revela los procesos historicos de desigualdad social y de
discriminacion que aun prevalecen.
El libro esta compuesto por ocho capitulos, incluyendo la
introduccion que constituye un capitulo en si mismo referido a la
relacion entre la formacion del estado y la revolucion. Los restantes
capitulos estan organizados en tornos a tres periodos: el Porfiriato
(1876-1911), la Revolucion Mexicana (1910-1920), y la etapa
postrevolucionaria en Mexico (1920-1950). De manera sucinta se hace
referencia al contenido de estos capitulos.
En el capitulo 1, "Haciendo mexicano al Soconusco", la
autora se situa en el periodo pre-revolucionario para describir como la
region del Soconusco se va integrando social y politicamente al resto de
Mexico, en medio de persistentes tensiones y roces entre distintos
actores. Por un lado, tensiones entre los dos paises por la delimitacion
de la frontera, que se establecio formalmente en 1882, y por el otro,
conflictos entre autoridades locales y los nuevos inversionistas en el
cultivo de cafe. Estos ultimos fueron atraidos a la region por el
gobierno federal mexicano desde 1876, cuando se comenzo a promover la
colonizacion y la "modernizacion" de la region a traves del
cultivo del cafe y de la inmigracion con fin de "mejorarla"
economica y racialmente. Sin embargo, estos dos procesos considerados
pilares en la expansion de la agricultura capitalista (1893-1910) y en
la conformacion historica de la region, generaron una diversidad etnica
y economica que complico la incorporacion del Soconusco a Mexico. Las
elites politicas y economicas se fueron aliando entre si para consolidar
su poder controlando a los trabajadores rurales, mediante un sistema que
combinaba el paternalismo con la coercion, a traves del llamado
"sistema de enganche" de mano de obra, que contribuyo a la
conformacion de una sociedad con marcadas diferencias sociales y que
reforzo la ideologia de que ser ciudadano y buen "mexicano"
pasaba por el reconocimiento de la riqueza economica y la
"blancura" de su poblacion. Los campesinos indigenas y los
trabajadores rurales no entraban en la categoria de ciudadanos con
plenos derechos. Pero, la autora revela que la llegada de la Revolucion
Mexicana a Chiapas en 1914 y la Ley de Obreros que abolia la servidumbre
por deudas, entre otros factores, contribuyeron a la construccion de una
mexicanidad desde abajo, que cuestionaba a las elites que se habian
fortalecido en el gobierno porfiriano y que consideraba a los campesinos
y a los trabajadores rurales mas como "subditos" del Estado
que como ciudadanos con plenos derechos. Paulatinamente, los cambios en
la estructura politica y social de la region conllevarian a un
importante cambio en la idea de ciudadania, pero que implico largos
procesos de negociacion hasta bien entrada la decada de 1930 y mediados
de la decada de los cuarenta.
En el capitulo 2, "Controlando trabajadores, reforzando
frontera", la autora analiza los procesos historicos que dieron
forma a las identidades colectivas ligadas a las fronteras nacionales,
enfatizando que las divisiones geopoliticas complicaron las relaciones
economicas, sociales y culturales entre comunidades ubicadas a lo largo de la frontera Mexico-Guatemala. Las fronteras rompieron con las
identidades regionales y con las practicas economicas instituidas,
sustituyendolas por nuevos sistemas sociales y economicos basados en la
nocion de nacionalidad, que fue usada como argumento para controlar la
mano de obra rural y para satisfacer intereses particulares de cada
Estado. La consolidacion de la frontera entre ambos paises implico un
estricto control de los movimientos de poblacion entre Mexico y
Guatemala, en las dos decadas posteriores a la Revolucion. Se crearon
tarjetas de identidad para identificar la nacionalidad de las personas y
para permitir su transito entre ambos lados. De este modo, la idea de
nacionalidad fue utilizada por el gobierno mexicano para controlar los
flujos comerciales y las redes de trabajo. Ademas, la construccion de un
estereotipo negativo del guatemalteco, contribuyo a crear un clima que
alento el abuso a trabajadores inmigrantes por parte de productores de
cafe y autoridades estatales.
En el capitulo 3, "La creacion de mexicanos. Negociando los
significados de identidad nacional", la autora examina el proceso
por el cual los trabajadores rurales y campesinos negociaron con los
funcionarios locales, regionales y federales, asi como con las elites
duenas de las plantaciones de cafe, la implementacion de la reforma
agraria. A pesar de que se logro construir una coalicion entre el
gobierno de Cardenas, que promulgo las reformas, y los campesinos, las
autoridades federales no siempre defendieron a los campesinos pues los
gobiernos locales y los duenos de las plantaciones tambien utilizaron la
burocracia agraria a su favor retrasando la aplicacion de las reformas y
la concesion de programas a los campesinos. Uno de los principales
argumentos fue el de la crisis economica de 1930 que colapso los precios
de cafe y que impuso limitaciones economicas, restringiendo las
posibilidades de los campesinos de recibir beneficios economicos con la
reforma. En Chiapas, ademas, el gobierno estatal emprendio una campana
violenta en contra del movimiento obrero naciente. Varios hacendados,
por su parte, hostigaron a los trabajadores para que no se unieran a los
sindicatos. En este proceso de organizar sindicatos y comites agrarios
jugo un papel importante el magisterio rural. Los maestros se encargaron
de difundir el lenguaje revolucionario y promover la relacion
estrategica entre el gobierno federal y los campesinos.
En el capitulo 4, "Identidad y Comunidad: las batallas en el
espacio y lugar", la autora describe las condiciones laborales en
las fincas y plantaciones a finales de la decada de 1930 y comienzos de
1940. Igualmente, presenta los procesos de formacion de cuatro comunidades (ejidos) de trabajadores agricolas que ya vivian en los
terrenos de algunas fincas de cafe en el Soconusco, para mostrar como se
construyen los sentidos de pertenencia y como se establecen las
relaciones de poder en torno a la obtencion de tierras y al reclamo de
los derechos agrarios. En este capitulo la autora senala algunos
elementos que pueden ayudar a entender como la gente construye y
mantiene las identidades comunitarias. En primer lugar, hay que indagar
como las personas de una comunidad identifican internamente a sus
miembros y como establecen los limites de este grupo. En segundo lugar,
es necesario explorar cual es la importancia que tienen los espacios
fisicos para la construccion de la comunidad, asi como los significados
que a dichos espacios se le atribuyen. Y, en tercer lugar, es necesario
identificar el tipo de relacion establecen las comunidades con otros
grupos, pues "la membresia no solo esta internamente adscrita;
tambien es definida por factores externos" (98).
En el capitulo 5, "[??]Trabajadores rurales o
campesinos?", la autora explica como las reformas y medidas sobre
la tenencia de la tierra emprendidas por el Estado modificaron aun mas
las relaciones entre los trabajadores rurales en la region del
Soconusco, llevandolos constantemente a renegociar su identidad con el
fin de hacer valer sus propios intereses. Ya entrada la decada de los
cuarenta, las distinciones entre ejidatarios o trabajadores
sindicalizados, o las distinciones por nacionalidad, siguieron siendo
elementos importantes de pertenencia y de relaciones de poder. Si bien
en la decada en mencion, no disminuyo el activismo campesino, la
atencion a los ejidos paso a un segundo plano, entre otras razones,
porque el estallido de la Segunda Guerra Mundial obligo al gobierno
mexicano a expropiar temporalmente las fincas de los terratenientes
alemanes, reavivando las preocupaciones por la nacionalidad y la
ciudadania. Ademas, tanto en las comunidades como en las fincas, se
avivaron nuevos conflictos. En ese contexto, ser etiquetado como
guatemalteco genero muchos problemas porque la mayor parte de los
trabajadores no portaba documentos de identidad y, por tanto, no podian
probar su nacionalidad. La amenaza del desempleo y la deportacion se
convirtieron, entonces, en elementos de coercion, por lo que a pesar de
la gran cantidad de trabajadores que apoyaron la reforma agraria, otros
prefirieron continuar como trabajadores en las fincas sujetos a los
bajos salarios y, en general, a condiciones de precariedad.
En el capitulo 6, "Las reformas rurales, los trabajadores
transnacionales y la identidad, 1941-1946", la autora enfatiza la
importancia de la nacionalidad en la clasificacion de la poblacion y en
el acceso a las reformas y derechos laborales de los campesinos y
trabajadores agricolas. La amplia presencia de guatemaltecos en la
region, junto con la disminucion de la cantidad de tierra disponible
para los campesinos, le permitio al gobierno utilizar a los
guatemaltecos como chivos expiatorios para los problemas en la
aplicacion de la reforma agraria en la region. En el discurso, los
guatemaltecos representaban un grave riesgo de seguridad. Pero esta
percepcion sobre los guatemaltecos como una amenaza contrastaba con una
perspectiva de su inmigracion como fuerza de trabajo util en las fincas.
La clasificacion de los guatemaltecos como "el otro", pero, en
especial como "el otro indigena" dio a los campesinos
mexicanos un mayor estatus social y politico. Ser reconocido como un
mexicano significaba poder participar en el dialogo sobre la reforma
agraria. Esta clasificacion con un trasfondo racista, no solo tuvo
efectos sobre las posibilidades de naturalizacion y de asentamiento de
los guatemaltecos en territorio mexicano, tambien afecto la migracion
interna de indigenas de los Altos de Chiapas, quienes tradicionalmente
llegaban a las fincas del Soconusco. Durante esa misma decada de 1940,
los trabajadores mexicanos tambien exigieron el embargo de las fincas a
manos de los propietarios alemanes, argumentando que las tierras debian
ser otorgadas a mexicanos. Asimismo, se demandaban mayores salarios que,
segun la autora, apelaban a un discurso basado en la ciudadania, la
justicia social y el paternalismo. De acuerdo con la autora, la decada
en mencion fue de expansion del nacionalismo en el Soconusco.
En el capitulo 7, "La negociacion de los significados del
Estado mexicano posrevolucionario", la autora expone una serie de
conclusiones y consideraciones sobre el proceso de inclusion de las
clases populares en la conformacion del Estado, y hace un recuento de
los cambios ocurridos en la region a lo largo del tiempo. Tambien
reflexiona acerca de la importancia de estos procesos en las discusiones
actuales sobre las ideas de ciudadania e inclusion presentes en el
discurso zapatista de 1994. Alude a las consecuencias que estos procesos
historicos tienen en el presente, como la migracion trasnacional de
trabajadores agricolas entre Mexico y Guatemala, por ejemplo.
El libro, entonces, permite hacer un recorrido historico que
contribuye al conocimiento de varios procesos en una region fronteriza:
la construccion de las nociones de nacionalidad, ciudadania y comunidad
y el papel que los distintos grupos sociales jugaron en dichos procesos;
la conformacion de una region fronteriza y su incorporacion al
estado-nacion; el proceso de modernizacion de una region y la
consolidacion de un sistema capitalista agroexportador; los efectos del
movimiento revolucionario a comienzos del siglo XX y de las posteriores
reformas gubernamentales; la pervivencia de mecanismos de contratacion
de trabajadores guatemaltecos en condiciones de precariedad y exclusion
social; la perdida de legitimidad del Estado y de la capacidad de
agencia politica de los trabajadores mexicanos y de los guatemaltecos
para demandar derechos en una region que aun sustenta su economia en dos
pilares: los cultivos agricolas y la mano de obra guatemalteca.
Para aquellos que estamos interesados en temas de frontera,
trabajo, migracion y justicia social, el libro de Catherine
Nolan-Ferrell es una contribucion. En particular, para quienes
trabajamos los procesos migratorios en la region del Soconusco, la
historia de la construccion de las nociones de nacionalidad desde la
perspectiva de los distintos grupos sociales, nos ayuda a entender parte
de la exclusion y discriminacion actual hacia los trabajadores
guatemaltecos, pero tambien nos interroga, entre otros, sobre los
procesos de conformacion de comunidades transnacionales y los vinculos
de este tipo que plantea la autora. Desde mi consideracion, tal
conformacion debe ser matizada, si consideramos que las formas de ser y
de pertenecer estaban en un proceso de construccion o de apropiacion.
Como la autora lo senala, muchos indigenas guatemaltecos abrazaron la
"Mexicanidad, pero no es del todo claro que quiere decir esto, ni
lo que implico para las personas guatemaltecas y para algunas
comunidades del lado mexicano, e incluso para las comunidades de origen,
si es que los vinculos se mantuvieron. En algunas de estas comunidades
de trabajadores y campesinos "mexicanos", muchos trabajadores
guatemaltecos pasaban desapercibidos, pues las costumbres de unos y
otros eran similares, dado que "la frontera" hizo una
reclasificacion de lo que estaba unido. Habria que considerar, como la
autora lo relata, que muchos guatemaltecos se tuvieron que naturalizar
para ser beneficiarios de la reforma agraria, pero [??]eso que significo
para la identidad transnacional?
Por otra parte, precisa senalar que este trabajo se focaliza en una
region de la frontera de Chiapas que tiene particularidades que no
tienen otras regiones del mismo estado colindantes con Guatemala. Por
esto, las conclusiones tambien deben ser matizadas y las reflexiones
deben ser focalizadas. Por ejemplo, aludiendo al movimiento zapatista,
que la autora menciona, habria que preguntarse por los efectos que este
tuvo para visibilizar internacionalmente las condiciones de vida y de
trabajo de los jornaleros y jornaleras de Guatemala que llegan a
trabajar en las fincas de Chiapas. En un estudio mas contemporaneo, esto
nos llevaria a referirnos a la voz de nuevos actores (como los
consumidores de cafe y las organizaciones de la sociedad civil, entre
otros) y a preguntarnos por la voz de los propios trabajadores
guatemaltecos en la construccion de una nueva ciudadania que contemple
la demanda y garantia de los trabajadores y sus familiares en territorio
mexicano.
El libro de Nolan-Ferrell, entonces, no solo contribuye al
conocimiento ya senalado, tambien nos plantea nuevos interrogantes para
la investigacion. Por otra parte, es necesario reconocer el aporte que
hace la autora con su detallada lista de fuentes documentales primarias
y secundarias.
Martha Rojas Wiesner, El Colegio de la Frontera Sur