Medicos rurales y brigadas de vacunacion en la lucha contra la viruela en el Mexico posrevolucionario, 1920- 1940.
Agostoni, Claudia
La irrupcion, negociacion, debate e inclusion del heterogeneo y
desigual Mexico rural en la cultura posrevolucionaria, la emergencia de
nuevos actores, asi como la gestion de innovadoras ideas y proyectos
politicos y sociales, destacan entre algunas de las tematicas que han
sido examinadas en diversas investigaciones historicas recientes. En
estas, ha ocupado un lugar particularmente preponderante el analisis de
los objetivos, organizacion y labores desempenados por las escuelas y
los maestros rurales, y de manera particular, el estudio de las
estrategias a las que se recurrio para difundir modos de vida, valores y
simbolos que paulatinamente irrumpieron en las vidas de los campesinos,
"chocando contra ritmos y tiempos y enfrentando resistencias"
(Loyo 2006; Vaughan 2001; Cano, Vaughan y Olcott 2009; Hansen y Finn
Stepputat 2001). Los anhelos del Estado posrevolucionario para
transformar el ambito rural se sustentaron en gran medida en una amplia
reforma educativa, pero tambien y de manera simultanea, en la promocion
de la salud y vigor del campesinado.
Las politicas culturales en aras de la consolidacion del dominio y
legitimidad del Estado posrevolucionario, como ha sido senalado por Alan
Knight, Gilbert M. Joseph y Daniel Nugent, se sustentaron en la reforma agraria, en el nacionalismo, en la movilizacion obrera, asi como en
importantes programas educativos y proyectos artisticos, pero tambien en
la promocion e implementacion de programas de salud publica estatal
(Joseph y Nugent 2002, 31-52; Knight 2002, 53-101). Por tanto, se puede
asentar que la busqueda para consolidar una cultura de la higiene entre
las poblaciones urbanas y rurales fue un elemento esencial de la
reconstitucion y legitimacion del estado a partir de la decada de los
1920.
La promocion de la salud y la prevencion de enfermedades
evitables--como la viruela--, asi como abatir la insalubridad, los
elevados indices de mortalidad y la diseminacion de numerosas
enfermedades epidemicas y endemicas a lo largo y ancho del pais, fueron
objeto de una muy particular atencion por parte del Estado y de muy
diversos observadores sociales al concluir la fase armada de la
Revolucion Mexicana (1910-1920). El proceso de reconstruccion y
consolidacion del Estado posrevolucionario implico darle orden y
racionalidad a las instituciones y actores medicos y asistenciales, y
para ello, numerosas reglas y normas para el ambito de la salubridad
fueron promulgadas. Paulatinamente, de manera erratica, desigual y
fragmentada, las autoridades de salud organizaron una serie de programas
que buscaron el saneamiento integral de los centros urbanos y de pueblos
y pequenas localidades rurales, manifestandose mas interes en las
regiones en las que se habia registrado una mayor beligerancia y
movilizacion durante decada de violencia revolucionaria, o bien, por la
importancia que revestian para la economia y el progreso nacional.
Los programas sanitarios requerian de una cuidadosa planificacion y
de una suficiente y constante dotacion de recursos financieros, pero
tambien exigian del trabajo constante y de un permanente seguimiento por
parte de un heterogeneo conglomerado de agentes de salud. Es decir,
unicamente a partir del trabajo sostenido de los agentes de salud,
"peregrinos de la comunidad imaginada nacional", parafraseando
a Benedict Anderson (1991), o bien, "evangelizadores de la salud
que requerian llegar a todos los rincones del pais", retomando las
palabras de Miguel E. Bustamante (1984, 58), las autoridades de salud
consideraban que seria posible impulsar una profunda transformacion
sanitaria y cultural del campo mexicano. Esa vasta reforma implicaba
vigorizar, higienizar y fomentar una sociabilidad moderna, nacionalista
y productivista; erradicar creencias y practicas medicas consideradas
como nocivas para la salud individual y colectiva, asi como garantizar
la presencia y trabajo de medicos diplomados y de otros agentes de salud
de manera permanente y cotidiana en numerosos pueblos y pequenos
municipios rurales.
Un motivo--no el unico--que incidio en la movilizacion de un amplio
contingente de agentes de salud a pequenos pueblos y rancherias a lo
largo del pais, fue la organizacion de las primeras campanas de
vacunacion obligatorias para contener la diseminacion de la viruela,
campanas que adquirieron un muy particular vigor a partir de la decada
de 1920. Por ende, en este trabajo se examinara quienes fueron los
agentes de salud con la tarea de inmunizar a hombres, mujeres y ninos,
de donde provenian y que formacion tenian, destacandose que ese diverso
conglomerado de agentes de salud formo parte esencial de la mas amplia
batalla para afianzar la presencia y legitimidad del estado
posrevolucionario a lo largo y ancho del pais. Aunado a lo anterior, se
subrayaran algunos de los retos y obstaculos a los que esos actores o
intermediarios de la salud publica estatal se enfrentaron durante las
campanas de vacunacion entre 1920 y 1940, campanas de medicina
preventiva que fueron esenciales para consolidar en el pais una cultura
de la higiene.
Antes de proceder, considero importante destacar que los programas
de inmunizacion implementados por los gobiernos posrevolucionarios
formaron parte de una historia de larga duracion que, para el caso de la
Nueva Espana, inicio en 1803 con la introduccion formal de la vacuna
Jenneriana impulsada por la Expedicion Real de la Vacuna dirigida por
Francisco Xavier de Balmis (Mark and Rigau-Perez 2009, 63-94; Fernandez
del Castillo 1985; Smith 2004, 119-146; Somolinos D'Ardois 1982, I:
237-248). A partir de ese momento la conservacion y propagacion de la
vacuna de brazo a brazo fue constante a lo largo del siglo diecinueve en
diferentes partes del pais. En 1803 se instalo en la ciudad de Mexico la
Oficina Conservadora de la Vacuna - bajo la direccion del doctor Miguel
Munoz - la cual funciono a lo largo del siglo. Ademas, en diferentes
estados de la republica se establecieron oficinas de vacuna y casas de
vacunacion. Tanto las autoridades sanitarias como las civiles,
procuraron capacitar a un personal medico y no medico para la adecuada y
eficaz aplicacion del recurso salvador, e informar al publico en general
acerca de las virtudes, bondades y beneficios del recurso salvador. En
1841, al crearse el Consejo Superior de Salubridad (CSS), se decreto
como obligatoria la declaracion de cualquier caso de enfermedad que
representara un peligro epidemico - destacando la notificacion de la
viruela -. Asimismo, se establecio en la ciudad de Mexico la Inspeccion
General de la Vacuna. Al concluir la decada de los 1850 y con la
creacion del Registro Civil (28 junio 1859), la aplicacion de la vacuna
antivariolosa de brazo a brazo se ejecuto en las oficinas del registro
civil en distintas partes de la republica, asi como en boticas,
comandancias de policia, iglesias, casas, consultorios medicos privados
y en escuelas y hospitales. Sin embargo, la vacuna y su aplicacion
fueron tambien sinonimos de dificultad, penuria, escasez y temor durante
el siglo diecinueve (Cramussel 2008, 101-132; Thompson 1993, 431-455;
Oliver Sanchez 2008, 77-99). El inestable acontecer politico y economico
del pais, asi como las constantes guerras civiles e intervenciones
extranjeras, obstaculizaron la continuidad y la sistematizacion de los
esfuerzos para contener la propagacion de la viruela. Ademas, la
conservacion y adecuada aplicacion de la vacuna de brazo a brazo, asi
como la frecuente negativa y resistencia del publico para recibirla,
fueron importantes retos a vencer para generaciones de funcionarios
sanitarios y medicos diplomados (Agostoni 2009, 149-173).
Durante las decadas finales del siglo diecinueve, y de manera
particular durante el regimen de Porfirio Diaz (1876-1910), tuvo lugar
una decidida intervencion en el ambito de la salubridad por parte del
Consejo Superior de Salubridad (Carrillo 1999). El CSS, bajo la
direccion del doctor Eduardo Liceaga, establecio una Oficina Central de
la Vacuna con las siguientes atribuciones: conservar y propagar la
vacuna en el territorio nacional; instalar sucursales de la Oficina
Central de la Vacuna en las areas mas pobladas de la ciudad de Mexico,
asi como en los estados de la republica. Asimismo, se creo la figura de
los llamados vacunadores ambulantes, entre cuyas obligaciones destacaron
aplicar la vacuna en mercados, iglesias, plazas, o bien, en todo lugar
que congregara a numerosos individuos. Uno de los anhelos del regimen
porfiriano fue sin duda la contencion de la viruela mediante la
aplicacion sistematica y constante de la vacuna. Sin embargo, la
aplicacion de ese recurso profilactico fue particularmente tenaz en las
ciudades principales, no asi en el heterogeneo ambito rural.
El impetu que alento la organizacion de programas masivos de
vacunacion al concluir la fase armada de la Revolucion Mexicana
(1910-20), y entre cuyos destinatarios sobresalieron los habitantes del
Mexico rural, estuvo estrechamente vinculado con la mortalidad causada
por la viruela a nivel nacional, asi como con los imaginarios--muchos de
ellos negativos - en torno al campesinado (Palacios 1999, 27-38). El
campesinado, considerado como una comunidad de individuos en los que
sobresalia el atraso, las caracteristicas culturales y practicas
productivas rudimentarias, y entre quienes se asentaba que la
diseminacion de la viruela obedecia al peso de los mitos y de las
supersticiones en todo lo referente al cuidado de la salud y la
prevencion de la enfermedad, requeria ser inmunizada. La vacunacion
antivariolosa de las poblaciones rurales fue vista como un medio a
partir del cual seria posible sobrepasar obstaculos culturales y
practicas ajenas al mundo de la salud publica estatal, y claro esta,
como el unico medio a partir del cual seria posible contener la
diseminacion de esa largamente temida enfermedad.
Otro elemento que alento la organizacion de programas de vacunacion
masivos y cotidianos fue la fabricacion de la vacuna antivariolosa
elaborada con linfa de ternera en las instalaciones del Instituto de
Higiene, con lo cual se abandono la vacuna de brazo a brazo. El
Instituto de Higiene, sucesor a partir de 1921 del Instituto
Bacteriologico Nacional (creado en 1895), se aboco a la investigacion e
innovacion en materia de bacteriologia, microbiologia y de inmunologia
medica, y preparo reacciones, sueros y vacunas para "combatir las
epidemias, declaradas o probables, mas efectivamente y con menos gasto
que cuando se tenian que importar productos biologicos de otros
paises".2 Por ende, con la fabricacion masiva y local de la vacuna
contra la viruela, las autoridades estatales de salud contaron con un
recurso preventivo que asentaban requeria ser aplicado cotidianamente en
hombres, mujeres y ninos a lo largo del pais.
De acuerdo con el Departamento de Salubridad Publica la viruela era
una enfermedad de diagnostico relativamente sencillo y carente de
portadores cronicos de la misma o reservorios en animales; ademas se
contaba con un medio efectivo para prevenirla y sin efectos adversos de
mayor trascendencia. Sin embargo, para la aplicacion eficaz de la vacuna
las autoridades requerian de un amplio y debidamente preparado
conglomerado de agentes de salud, asi como de una reglamentacion clara y
precisa referente a la manera en las que se operaria en los programas de
inmunizacion.
Viruela, legislacion y campanas
Al concluir la fase armada de la Revolucion (1910-20), Mexico
continuaba siendo una nacion eminentemente rural. De acuerdo con
diversas estimaciones, mas de 70% de los 15 millones de habitantes se
dedicaban a labores agricolas en pueblos de menos de 2,500 habitantes.
Como nota Engracia Loyo (2006, 274), a casi el 90 por ciento de los
pueblos "no llegaban ni el ferrocarril ni el telegrafo, carecian de
servicio telefonico, de correo, de medicos, boticarios, sacerdotes,
mercados, tractores de acero," mientras que "el promedio de
las comunidades con dificultad alcanzaba 300 (personas) agobiadas por la
pobreza", debilitadas por enfermedades endemicas y presas de la
propagacion de enfermedades infectocontagiosas. Ademas, y de acuerdo con
los diagnosticos posrevolucionarios de la vida rural, la poblacion
campesina requeria ser asimilada a la civilizacion occidental, lo cual
implicaba fomentar y promover una cultura de la higiene, o bien,
nacionalizar y reorganizar al pueblo mexicano. Lo anterior implicaba
promover y fomentar la educacion higienica, extender los programas de
medicina preventiva, en particular, las campanas de vacunacion
antivariolosa, asi como alentar a los medicos diplomados y a otros
agentes de salud a que mantuvieran un estrecho, constante y responsable
contacto e interaccion con los habitantes de numerosas comunidades
rurales.
De acuerdo con lo establecido en la Constitucion Politica de los
Estados Unidos Mexicanos de 1917, la salubridad era un deber esencial
del Estado y por tanto, al Congreso se le faculto para dictar leyes
sobre ciudadania, naturalizacion, colonizacion, emigracion, inmigracion
y salubridad general de la Republica. En consecuencia, a partir de 1918,
correspondio al Departamento de Salubridad Publica (DSP) emitir, regular
y supervisar la aplicacion de la legislacion e implementar medidas
especificas para contener la diseminacion de enfermedades endemicas y
contagiosas, entre otros elementos (Arechiga Cordoba 2005, 122).
Contener la diseminacion de la viruela era para las autoridades de
salud un requerimiento de particular relevancia en vista de que esa
enfermedad no solo causaba la muerte, deformidad o incapacidad de
numerosos individuos, sino sobre todo debido a que se contaba con un
eficaz metodo para su contencion. Por tanto, vacunar y revacunar contra
la viruela al mayor numero de personas se erigio como una labor
impostergable durante el gobierno del general Plutarco Elias Calles
(1924-28). En 1925 se emitio el Reglamento de vacunacion y revacunacion
en el que se asento que la vacuna era obligatoria al igual que la
revacunacion de la poblacion cada cinco anos, argumentandose que
"seria absurdo ... esperar los destrozos del mal para atacarlo, en
vez de prevenir". En el mismo Reglamento se preciso que la viruela:
es una enfermedad cuyo desarrollo obedece simplemente a la falta de
cultura de los habitantes de un pais, ya que disponiendose de una
vacuna que inmuniza por lo menos temporalmente contra ella, no hay
consideracion que justifique el abstenerse de usarla; y es por otra
parte una de las obligaciones fundamentales del Estado, acudir en
defensa de los habitantes, imponiendoseles los medios que
asegurasen la salud y la vida. (3)
La obligatoriedad de la vacuna se reforzo en el Codigo Sanitario de
los Estados Unidos Mexicanos expedido en 1926, un documento normativo a
partir del cual las acciones sanitarias federales y locales fueron
precisadas. El Codigo determino que para controlar la propagacion de
enfermedades trasmisibles se requeria aislar a los enfermos, aplicar
sueros y vacunas, desinfectar ropas y habitaciones, organizar servicios
de vacunacion y revacunacion ordinarios y extraordinarios, asi como
crear Brigadas Sanitarias especiales para ese proposito. Asimismo, se
asento que el publico en general requeria dar parte a las autoridades
pertinentes de todo caso de viruela o de cualquier otra enfermedad
infectocontagiosa de la que tuvieran conocimiento. (4) Ocho anos
despues, el Codigo Sanitario promulgado en 1934 reitero lo establecido
con anterioridad, pero con la diferencia de que el enfasis en las
campanas de vacunacion paso a contemplar de manera muy particular el
ambito rural.
La diseminacion al parecer incontenible de la viruela llevo a que
tan solo entre 1922 y 1930 ocupara el quinto lugar entre las causas
evitables de mortalidad a nivel nacional (Bustamante 1984, 43) (5), al
margen de que la aplicacion de la vacuna contaba en el pais mas de un
siglo de historia y que su produccion en el Instituto de Higiene era
constante y eficaz. Asi, en foros nacionales y del extranjero, en
publicaciones medicas y de divulgacion, asi como en la prensa, se
destacaba que la vacuna requeria devenir en una practica sistematica y
masiva. Solo asi los brotes de viruela que se registraban en diferentes
regiones de los estados de Aguascalientes, San Luis Potosi, Tabasco,
Tamaulipas, Veracruz, o bien Oaxaca y Yucatan, sin pasar por alto los
que tenian lugar en el Distrito Federal, podrian ser controlados
(Erosa-Barbachano 1992, 547-548). Sin embargo, la eficaz aplicacion de
la vacuna requeria de numerosos centros y oficinas permanentes e
itinerantes de vacunacion, asi como de un eficiente y bien preparado
personal para aplicarla.
En la ciudad de Mexico durante la segunda mitad de la decada de
1920, operaban las Oficinas de Vacuna Fernando Malanco, Doctor Iglesias,
Doctor Jenner, Doctor Balmis, Doctor Luis Munoz y la Doctor Miguel
Munoz, asi como diez Oficinas Foraneas de Vacunacion creadas en 1922. La
vacuna tambien se ofrecia de manera gratuita en las iglesias, como en el
Sagrario Metropolitano, en templos protestantes, (6) asi como en los
Centros de Higiene Infantil instalados en las colonias mas pobres y
densamente pobladas de la capital entre 1922 y 1927. (7)
La diseminacion de la viruela en los estados, y de manera
particular en Veracruz, llevo a que en 1925 las autoridades consideraran
como impostergable implementar una energica campana de vacunacion. El
DSP, sustentandose en la fraccion XVI del articulo 73 de la Constitucion
de 1917, envio brigadas de vacunacion al puerto de Veracruz y a Cordoba
y Orizaba. Tan solo en dos meses y medio mas de 150,000 personas fueron
vacunadas (Alvarez Amezquita 1960, II: 217). La medida--calificada como
la puesta en practica de una "dictadura sanitaria"--reforzo la
organizacion de una serie de campanas ordinarias y extraordinarias de
vacunacion.
Entre las campanas extraordinarias de vacunacion fueron
particularmente relevantes las organizadas durante festividades
religiosas debido a las grandes concentraciones de personas que estas
generaban. Asi, durante los primeros dias de diciembre de 1931, poco
antes de la celebracion del dia de la Virgen de Guadalupe (el dia 12 de
diciembre), el DSP expreso su enorme consternacion ante la inminente
llegada de numerosos visitantes y posibles portadores de enfermedades
infecciosas a la ciudad de Mexico, resaltandose sobre todo la inquietud
que despertaba el ingreso del "elemento indigena y de la clase
humilde" a la capital. Ante la posibilidad de la propagacion de la
viruela en la ciudad de Mexico, el DSP procedio a instalar tres carpas
equipadas con el personal, mobiliario e instrumentos requeridos para
vacunar. Durante quince dias los agentes de vacuna aplicaron la linfa
vacunal de ternera a un promedio de entre 200 y 400 personas diariamente
(en dos turnos), con y sin el consentimiento de los peregrinos, ademas
de canalizar a todo enfermo de viruela, varicela y lepra a diversos
hospitales al margen de la oposicion. (8)
Aunado a lo anterior, el "Reglamento de vacunacion y
revacunacion" de 1935, determino que para garantizar la
inmunizacion de ninos y adultos "todos los oficiales del registro
civil y los ministros de los cultos practicados en el pais, tendran la
obligacion de exigir el certificado de vacunacion antivariolosa ... para
inscribir en sus registros el nacimiento de las personas mayores de
cuatro meses y para poder efectuar el acto del culto o ceremonia a los
que se atribuya la incorporacion de las mismas a cualquier
doctrina". (9) Esa determinacion establecio que los sacerdotes y
curas de los ambitos urbanos y rurales estaban obligados a fungir como
agentes sanitarios y como divulgadores de la propaganda y de la medicina
preventiva. Lo anterior obedecia a que los curas tenian la capacidad de
convocar a grandes contingentes de personas durante la celebracion de
ritos especificos, pero tambien debido a que numerosos curas y
sacerdotes a lo largo de la historia de la vacunacion en Mexico
promovieron y defendieron publicamente las virtudes de la inmunizacion.
Fuese en sermones durante las misas dominicales, permitiendo que las
iglesias devinieran en "centro de vacunacion", o bien
acompanando a los ninos y preparando a los padres para el ritual de la
vacuna, la participacion de las instancias eclesiasticas en aras de la
contencion de la viruela fue un rasgo que acompano a la empresa vacunal
desde el ocaso de la epoca colonial (Cooper 1965; Fernandez del Castillo
1985).
Ademas, dado que la vacuna requeriria administrarse en la ninez
entre el bautismo y la confirmacion, a esta se le atribuyo una clara
funcion liberadora. Mientras que el bautismo liberaba el alma del pecado
original, la vacuna liberaba a los infantes del peligro de la viruela.
El empleo de una terminologia eminentemente religiosa y de metaforas
cristianas para referirse a la viruela, como por ejemplo "masacre
de los inocentes", o bien, afirmaciones que asentaban que la vacuna
era un "milagroso descubrimiento", un "regalo del
cielo", o "gracia de la providencia", tuvo lugar desde el
pulpito por parte de diversos curas foraneos, instados por el arzobispo
de Mexico para que trabajaran a favor de la lucha contra la viruela. Mas
aun, las autoridades sanitarias buscaron el apoyo de diversas
asociaciones femeninas, como el de las Damas Catolicas y las Hijas de
Maria, esperando que sus integrantes se reunieran periodicamente con los
jefes de los servicios de vacuna, quienes les prepararian para
convertirse en agentes de vacuna. De acuerdo con las autoridades de
salud, esas mujeres catolicas que contaban con "preparacion
cultural, entusiasmo y capacidad" recibirian un curso de
adiestramiento similar al que recibian los maestros rurales, para con
ello propagar los beneficios del recurso salvador entre amplios sectores
sociales. (10)
El consentimiento y la colaboracion entre las autoridades locales,
sanitarias y eclesiasticas, en muchos casos, tuvo buenos resultados pero
en otros no. Durante la decada de los 1920, por ejemplo, cuando la
legislacion vigente en materia de vacunacion exigia que todos los ninos
fuesen vacunados antes de los cuatro meses de edad, el medico inspector
encargado de aplicar la vacuna en la Catedral Metropolitana destaco que
"el elemento militar que concurre a dicho templo . se opone de una
manera terminante a que sus hijos o familiares sean vacunados",
argumentando que tenian "ciertas jerarquias" o bien, que
unicamente sus medicos particulares podian tocar a sus hijos. Cuando el
publico congregado en el Sagrario Metropolitano percibio que la Sra.
Guadalupe Cervantes de Almada se negaba a que su hija fuese vacunada,
"las demas madres que llevaban a sus hijos en brazos dispuestas a
que fuesen vacunados" se vieron "tentadas a resistir" y
resistieron. (11) El medico inspector solicito el apoyo de los
sacerdotes, la intervencion del Departamento de Salubridad Publica, de
las instancias eclesiasticas y militares para vencer de manera conjunta
los obstaculos a los que se enfrentaban los programas de inmunizacion.
Por otra parte, en diferentes estados del pais era comun y recurrente
que las poblaciones expresaran su renuencia a recibir la vacuna
argumentando que esta no tenia utilidad alguna y que "cuando les
llegara la hora" fallecerian, dado que decian que unicamente dios
disponia en que momento se nacia y se moria. (12)
Prodigar los beneficios de la medicina moderna a ciudades, pueblos
y rancherias fue sin duda alguna una tarea primordial de los gobiernos
posrevolucionarios. Para ello, era indispensable el apoyo de muy
diversos actores sociales, destacando las instancias y actores
eclesiasticos, asi como el trabajo de los maestros rurales. Sin embargo,
para las autoridades de salud era impostergable conformar un verdadero
"ejercito sanitario" en cuyas manos recaeria la tarea de
"implantar efectivamente la higiene redentora". (13)
Al despuntar la decada de 1930, el pais contaba con 4,767 medicos
diplomados para una poblacion que superaba los 16.5 millones de
habitantes, es decir, la proporcion era de un medico para cada 3,451
habitantes. En 1940 la cifra era de 6,664 medicos, o bien, un medico
para cada 2,901 personas. Aunado a lo anterior, la distribucion de los
medicos no era la misma en toda la republica, registrandose la mayor
densidad de medicos por habitante en la region central, sobre todo en la
ciudad de Mexico, siendo que diversos lugares, como el estado de
Queretaro, contaban con un medico por cada 52,000 habitantes dis
tribuidos a lo largo de 6,179 kilometros cuadrados, o bien, Quintana
Roo, donde por cada medico correspondia en promedio un territorio de
7,879 kilometros cuadrados (Aguirre Beltran 1947, 42). Frente a la
ausencia de un bien preparado y numeroso personal medico con la
disposicion de ejercer en el campo, y entre cuyas labores destacaba
propagar los beneficios de la vacuna en regiones aisladas, mal
comunicadas y carentes de las comodidades de la vida moderna, en lo que
sigue, examinare algunas de las estrategias a las que recurrieron las
autoridades de salud para conformar un nutrido conglomerado de agentes
de salud. La conformacion de un eficaz y preparado grupo medicos,
agentes de vacuna, enfermeras sanitarias y otros agentes de salud fue un
elemento fundamental para materializar los anhelos encaminados a sanear
el ambito rural y para la efectiva inmunizacion de la poblacion.
Asimismo, la vacunacion antivariolosa fue un medio a partir del cual se
busco consolidar la presencia del Estado posrevolucionario en muy
diversas regiones y poblados del pais, asi como difundir los mensajes y
las estrategias requeridas para afianzar en el pais una verdadera
cultura de la higiene.
Hacia la conformacion de un ejercito sanitario
Durante la presidencia de Plutarco Elias Calles se registro una
profunda reorganizacion en los servicios sanitarios federales,
determinandose las obligaciones y funciones que los delegados sanitarios
requeririan seguir al pie de la letra en los estados, puertos y
fronteras, y reiterandose que la vacunacion y revacunacion contra la
viruela era obligatoria. En 1925 la Escuela de Salubridad Publica
(creada en 1922 siguiendo el modelo de la Escuela de Salud Publica de la
Universidad de Johns Hopkins), abrio sus puertas al publico en general
para preparar a un personal tecnico, no necesariamente graduado en
medicina, y en cuyas manos recaeria sentar las bases para consolidar en
el pais una cultura de la prevencion. Esa institucion ofrecia los
siguientes diplomas: ayudante de laboratorio - quimico y bacteriologico;
agente de desinfeccion; agente de enfermedades infecciosas; inspector de
bebidas y comestibles; ayudante de bebidas y comestibles, enfermera
visitadora y agente sanitario (Valdespino y Sepulveda 2002, 36; Briones
1923, 149). (14)
Paralelamente a los programas de capacitacion impulsados por la
Escuela de Salubridad, el DSP se aboco a la creacion de las llamadas
Brigadas Moviles de Vacunacion Antivariolosa, conformadas por tres
medicos, cuatro practicantes y cuatro enfermeras. A los miembros de esas
brigadas se les llamo "soldados de las vanguardias de
profilaxis", y se les encomendo con la tarea de adentrarse en las
"mas agrestes regiones para llevar hasta los hogares rurales"
la vacuna y las ensenanzas de la higiene publica y privada (Alvarez
Amezquita 1960, 269-270). Paulatinamente, a esos agentes de salud se
sumaron otros actores. Por ejemplo, en 1926 las autoridades organizaron
un "curso express" para dotar de inspectores, agentes
sanitarios y enfermeras a las Delegaciones Sanitarias Federales
instaladas en los estados de Aguascalientes, Colima, Michoacan, Tepic,
Chiapas y Zacatecas, entre otros. (15) Asimismo, es importante mencionar
que a partir de 1918 diversos funcionarios y personal de la Fundacion
Rockefeller tuvieron una activa presencia y participacion en los
programas para el combate de enfermedades especificas, como la fiebre
amarilla y la uncinariasis en estados como Veracruz y Morelos. (16)
De acuerdo con Miguel E. Bustamante, primer director del Servicio
de Higiene Rural (a partir de 1932), y al frente de los Servicios
Coordinados de Salud, es decir, de la red federal de unidades de salud
que comenzo a funcionar en 1934, los problemas derivados de la escasez
de un personal debidamente preparado y con la conviccion de ejercer en
el campo no podian continuar postergandose. Una medida con la que se
busco paliar ese problema tuvo lugar en 1936, cuando se determino
organizar el programa de Servicio Social para los pasantes de medicina
durante el gobierno de Lazaro Cardenas (Carrillo 2005). El proyecto, en
consonancia con su programa de gobierno y que entre otros elementos
busco fortalecer el agro, fue organizado conjuntamente por la
Universidad Nacional Autonoma de Mexico y por el Departamento de
Salubridad Publica, bajo la coordinacion del medico Gustavo Baz Prada.
El programa determino que los pasantes de medicina serian enviados
a diversas localidades rurales durante seis meses para impulsar la
educacion higienica y para que proporcionaran servicios profilacticos y
curativos individuales y colectivos. Unicamente despues del servicio,
los pasantes podrian optar por el titulo profesional. De acuerdo con
doctor Baz, entonces director de la Escuela de Medicina, corresponderia
a esos agentes de salud "competir con curanderos y brujas";
ejercer "su ministerio entre gentes primitivas y rudisimas, hijos
incultos de la sierra, del bosque y del paramo que no tienen la mas leve
noticia de lo que es el moderno arte de curar", asi como
"introducir siquiera los rudimentos imprescindibles de la sanidad
publica, ensenar nociones de higiene, y recoger hechos, datos,
estadisticas sobre el genero de vida de cada lugar". (17) Sin duda
alguna, se trato de una medida que busco evitar la concentracion de los
medicos diplomados en las ciudades, alentar a los futuros medicos a que
tuvieran contacto de primera mano y experiencia acerca de las
problematicas epidemiologicas, higienicas y sanitarias mas apremiantes
del pais, asi como iniciar un proceso de conversion en lo que toca a las
practicas medicas de amplios sectores de la poblacion. Sin embargo, la
medida tambien denoto un claro rechazo y desconocimiento hacia la
pluralidad medica del pais, en la que destaco la sobrevaloracion de la
medicina academica diplomada por encima de cualquier otra.
Para el envio de los pasantes de medicina al campo, el Departamento
de Salubridad Publica recopilo informacion referente a los poblados con
menos de 5,000 habitantes que carecian de medicos, asi como informacion
relativa a los apoyos materiales y economicos que los pasantes
requeririan recibir al trasladarse a alguna de las localidades que
exigian de sus servicios. Esa informacion era dada a conocer en la
Escuela de Medicina de la Universidad Nacional, asentandose que los
pasantes estarian autorizados para cobrar honorarios medicos unicamente
en caso de "tratamiento curativo de enfermedades," pero que en
ningun caso podrian cobrar por tratamientos preventivos. Los pasantes
tenian instrucciones precisas de prestar sus servicios atendiendo a
"un criterio de necesidad, mas que a la posibilidad de que los
pacientes esten o no en condiciones de pagarlo" (Whetten 1984,
171), y destaco entre sus obligaciones la aplicacion de la vacuna
antivariolica.
Labores generales de los pasantes de medicina
Las "Instrucciones y Reglamentos Generales de la Campana antivariolosa" en vigor de 1935 a 1945, establecieron que
correspondia a los pasantes de medicina vacunar y revacunar a la
poblacion de toda region a la que llegaran;18 instruir a la poblacion
sobre los las virtudes y beneficios de la higiene publica y privada, asi
como realizar minuciosas topografias medicas de la localidad en la que
se asentaran. Es decir, al igual que los medicos diplomados, las
enfermeras visitadoras y sanitarias y otros agentes de salud, los
pasantes requerian sumarse a la empresa de contener la viruela y
consolidar una cultura de la prevencion en el pais. Uno de esos pasantes
de medicina, el Sr. Guillermo Zamudio (1950, 11-12) consideraba que solo
despues de realizar el servicio social en el campo mexicano un individuo
podia afirmar con orgullo ser "medico":
... alejados de la capital y de los grandes nucleos de poblacion y
de medicos, abandonamos el encubridor padrinazgo de los hospitales
y nos enfrentamos decididamente ya en la choza de carrizos, ya en
la sierra agresiva, o en nuestros humildes consultorios a la triste
realidad mexicana, sin mas consejero que nuestros escasos
conocimientos, sin mas respaldo moral de un corazon bien puesto y
sin mas recursos terapeuticos a veces que nuestros consuelos y
nuestra fe puesta en Dios.
La percepcion de Zamudio, marcada por el romanticismo y la
idealizacion de la practica medica, idealizacion que se fortalecio a
partir de la decada de los 1920 en consonancia con la vasta reforma
cultural implicita en los programas de salud publica, le llevo a anadir
que en el campo los medicos devenian en verdaderos "personaje(s)
simbolico(s)" (1950, 29), admirados por unos y no admirado por
otros, pero reconocidos y respetados por todos. Mas aun, consideraba que
gracias a ese respeto y admiracion los pasantes de medicina no
escatimaban esfuerzos para erradicar prejuicios y magicas creencias, con
lo cual contribuian a la promocion de una cultura de la prevencion.
Siendo la vacuna el instrumento por excelencia de la cultura de la
prevencion, los 3,000 pasantes de medicina que entre 1936 y 1943
realizaron su servicio social en diversas localidades rurales, fueron
portadores esenciales de los mensajes revolucionarios de la salud y el
vigor de la nacion.
La idealizacion de la practica medica y el valor que la salud
adquirio en los discursos y programas posrevolucionarios, estan mas que
presente en los relatos y apreciaciones de algunos de los actores que
estuvieron directamente involucrados. Asi, los pasantes de medicina
relataban que desafiando lluvias, tormentas o heladas, a traves de
caminos rudimentarios para llegar a pequenas comunidades rurales,
apoyaban las labores de las brigadas de vacunacion y se erigian como la
encarnacion de la lucha contra el curanderismo, la hechiceria, el
abandono y la ignorancia que, de acuerdo con las autoridades de salud,
prevalecian en la mayor parte del pais.
A partir de la decada de los 1930 las campanas de vacunacion
adquirieron una magnitud no vista hasta ese momento y el radio de accion
de las Brigadas se multiplico, llegando a abarcar los estados de
Guerrero, Hidalgo, Michoacan, Morelos, Oaxaca, Puebla, Tlaxcala y
Zacatecas, entre otros. (19) La consigna que tenian era "acorralar
a la viruela en sus mas reconditos reductos" (Fernandez de Castro
1997, 101). En 1935 las autoridades de salud determinaron que en toda
localidad carente de servicios permanentes de vacuna, los habitantes
estaban obligados a recibir la vacuna o la revacunacion
"precisamente en el plazo que permanezcan en dichos lugares las
Brigadas enviadas al efecto", precisandose lo que se cita a
continuacion:
Las Brigadas de vacunacion emplearan todos los medios apropiados
para conseguir su objeto, incluyendo el de citar a los vecinos para
que concurran a las horas de labores, al lugar en que se instale el
servicio de vacunacion para ser vacunados, con apercibimiento legal
para el caso de desobediencia. Los menores e incapacitados seran
presentados por sus representantes, salvo en caso de imposibilidad
material, que haran del conocimiento de la brigada para que la
vacunacion se haga a domicilio. (20)
Para realizar lo anterior las Brigadas requerian trasladarse a
localidades previamente asignadas con la vacuna depositada en cajas con
hielo, verificar la efectividad de producto biologico, evitar perdidas
del recurso salvador, asi como vacunar al mayor numero de personas ante
de que iniciara la temporada de lluvia, cuando muchos caminos y brechas
se tornaban francamente intransitables. Frente a la necesidad de proveer
atencion medica al ambito rural, a las Brigadas de Vacunacion, los
pasantes de medicina, enfermeras sanitarias, agentes de vacuna, medicos
y agentes sanitarios, se sumaron otros actores. Me refiero a los medicos
y las enfermeras rurales egresados del Instituto Politecnico Nacional.
La mayor parte de los medicos que egresaban de las diferentes
escuelas medicas del pais optaban por ejercer su profesion en las
ciudades, por considerar que unicamente los centros urbanos les
proporcionarian los medios para subsistir y ascender profesionalmente.
Mas aun, diversos medicos capitalinos con importantes puestos en el
sistema medico hospitalario, o con una relevante y bien nutrida
clientela, asentaban que la practica de la salud publica--con un marcado
enfasis en la prevencion--les alejaria del verdadero ejercicio de la
profesion: curar; erosionaria la relacion medico-paciente y les
distanciaria de la practica medica hospitalaria. El deseo de las
autoridades de salud para que los medicos fungieran en algunos casos
como "oficiales sanitarios", o bien como decia Miguel E.
Bustamante "como medicos rurales y municipales" llevo a que
durante la celebracion de los dos Congresos Nacionales de Higiene Rural,
el primero en Morelia (Michoacan) en noviembre de 1935, y el segundo en
la ciudad de San Luis Potosi en 1938, se reiterara la importancia que
tenia la formacion de medicos y enfermeras cuya labor primordial se
concentrara en el ambito rural.
En el Congreso de 1935 convocado por el llamado Bloque de Medicos
Revolucionarios, que conto con la participacion de los doctores Jesus
Diaz Barriga y Enrique Arreguin--cercanos colaboradores de Lazaro
Cardenas -, con la presencia de un numeroso contingente medico, de
maestros rurales y de la prensa, las siguientes tematicas fueron
abordadas: el ejercicio de la medicina, la higiene, el saneamiento, la
legislacion y la educacion higienica, asi como la lucha contra
enfermedades transmisibles en areas rurales y semi-rurales (Bloque de
Medicos Revolucionarios 1935).
Entre las resoluciones a las que se llego, destacan las siguientes:
los problemas sanitarios del campesinado no se podian desvincular de la
dotacion de tierras y de la efectiva resolucion de la cuestion agraria;
era impostergable la agremiacion o asociacion de todos los medicos
rurales del pais para alcanzar nuevas modalidades para el ejercicio de
la profesion; una reforma integral en la formacion medica era necesaria,
reforma que requeria incluir cursos especiales sobre medicina rural y
medicina social. Ademas, se determino que los medicos, parteras,
enfermeras y dentistas que ejercieran en los medios rurales requeririan
hacerlo durante un ano-obligatoriamente--, para lo cual seria necesario
reformar los articulos 4[degrees] y 5[degrees] constitucionales
referentes a la libertad de profesiones. De acuerdo con los
congresistas, el ejercicio de la medicina bajo la base del sistema
liberal era inadecuado para otorgar a la colectividad rural servicios
higienicos y medicos mas fundamentales, asentandose que era necesario
"socializar" el ejercicio de la profesion (Kapelusz-Poppi
2001a, 2001b; Hernandez Llamas 1984). (21) Los debates no se dejaron
esperar. En 1938 durante el 2[degrees] Congreso de Medicina Rural el
profesor Miguel Othon de Mendizabal recalco que si bien era mas que
insuficiente la asistencia medica proporcionada a los campesinos, y que
si bien la mayor parte de la poblacion rural no habia tenido contacto
alguno con la medicina diplomada, el servicio social era francamente
insuficiente para atender las necesidades mas basicas del campesinado.
Othon de Mendizabal, uno de los mas importantes impulsores de la
carrera de medico y enfermera rural en el IPN que a partir del 4 de
marzo de ese ano inicio los cursos para preparar a medicos rurales en la
Escuela Superior de Ciencias Biologicas, destaco que el servicio social
era en muchos casos motivo de franca resistencia entre el medio
estudiantil "dada la psicologia peculiar de los medicos de tipo
liberal y de las condiciones del medio rural mexicano, particularmente
del indigena ..." (Mendizabal 1947, 531). (22) Mas aun, con el
servicio social se decia, "lejos de producir los efectos que eran
de desearse, no han servido sino para hacer un vano alarde caritativo
durante la temporada de vacaciones, por brigadas de alumnos sin programa
definido de trabajo disfrutan de descuentos en tarifas de pasajes para
visitar diversas poblaciones de la Republica" (Memoria de la
Escuela Superior de Medicina Rural 1960, 25). De acuerdo con Mendizabal
el pais requeria de un nuevo tipo de medico, "penetrado de la
funcion social que esta llamado a desempenar ..." y proponia
intensificar la formacion de medicos rurales en el IPN, asi como en
otras escuelas medicas del pais (Mendizabal 1947, 531).
La formacion de medicos rurales en la Escuela Superior de Ciencias
Biologicas a partir de 1938 tuvo por finalidad capacitarles para ejercer
su profesion alejados de las ciudades, otorgandoles una "clara
orientacion tecnica dedicada especificamente a la solucion de uno de los
grandes problemas de nuestro pais: la insalubridad del medio y la
precaria salud de la poblacion" (Instituto Politecnico Nacional
1947, 17). Se asentaba que esos medicos devendrian en el "medio
campesino" en "agentes culturales que ayudaran a que la
transformacion social de Mexico se efectue con mayor rapidez", y
que entre sus labores se encontraba fomentar la medicina moderna
(Instituto Politecnico Nacional 1947, 18). De acuerdo con las
autoridades del IPN, "nuestros Medicos Rurales, constituiran ... un
personal tecnico al servicio del Estado, respondiendo a la demanda
urgente de socializar esta profesion" (Memoria de la Escuela
Superior de Medicina Rural 1960, 26) y senalando que el medico rural era
ante todo "un medico del Estado, provisto no solo de suficiente
cultura y de amplia ilustracion medica, sino de un sentido de
responsabilidad social" (Memoria de la Escuela Superior de Medicina
Rural 1960, 26). (23) Seis anos despues, es decir en 1944, se creo la
Escuela Superior de Medicina Rural, al margen de serios enfrentamientos
entre la clase medica nacional en torno al sentido del ejercicio de la
profesion y la responsabilidad social de los medicos.
Medicos rurales, agentes de vacuna, enfermeras, pasantes de
medicina, curas locales, maestros rurales todos fueron actores
fundamentales en la materializacion de los programas de salud y
esenciales para las campanas de vacunacion. Si bien en algunos casos
afrontaban la agresion de los pobladores, motivo por el cual solicitaban
el resguardo de un "piquete o por lo menos de una pareja de
soldados", o bien, optaban por desempenar sus labores armados
(Fernandez de Castro 1997, 102) en muchas ocasiones tambien eran
recibidos con beneplacito y las poblaciones buscaban sus servicios.
Reflexiones finales
La aplicacion sistematica, masiva y cotidiana de la vacuna contra
la viruela durante las decadas de 1920 a 1940, la restriccion del numero
de infectados y el control de cualquier posible foco de contagio
destacaron entre los principales objetivos de las autoridades de salud.
Si bien las cifras de mortalidad por viruela declinaron de manera
pronunciada y constante a partir de la decada de 1920, y si bien en 1952
el entonces presidente de la republica, Miguel Aleman Valdes declaro que
la viruela habia sido erradicada del pais, (24) los programas de
inmunizacion requirieron de un amplio, heterogeneo y numeroso personal.
Al margen de las dificultades a las que se enfrento la empresa estatal
en aras de la contencion de la viruela, es necesario subrayar que las
labores de los vacunadores y de las brigadas fueron particularmente
relevantes para la generalizacion de una cultura de la prevencion en el
pais. Mediante sus labores de convencimiento, persuasion y coercion, a
partir de la organizacion de intensos programas de educacion
higienica--esenciales para las campanas de vacunacion--, presentaron la
conservacion de la salud como un elemento constitutivo de la cultura
posrevolucionaria. Por ende, sus labores se pueden equiparar con las
desempenadas por las escuelas y los maestros rurales, verdaderos
artifices del proyecto cultural de la revolucion. La constante
movilizacion de esos agentes de salud, asi como el reclutamiento de muy
diversos actores sociales para desempenar los trabajos de vacunacion y
con ello, consolidar una verdadera cultura de la prevencion, hizo
posible que la salud y su preservacion pasaran a formar parte de las
nociones de modernidad, cultura y nacion enarboladas por los gobiernos
posrevolucionarios.
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Notas
(1) Agradezco enormemente los comentarios y sugerencias que
realizaron los dictaminadores de este trabajo, asi como el apoyo de los
proyectos PAPIIT IN400807 e IN403010 de la DGAPA, UNAM.
(2) Departamento de Salubridad Publica. 1927. El Nuevo Instituto de
Higiene, p. 3. En 1927 el Instituto de Higiene fue renombrado Nuevo
Instituto de Higiene, al cual se doto de un moderno y amplio edificio
inaugurado por Plutarco Elias Calles el 17 de septiembre, mismo que
contaba con la capacidad de producir los siguientes recursos
preventivos: suero antidifterico, suero antitetanico, suero
antiescarlatinoso, tuberculina, toxinas difterica y escarlatinosa,
vacuna antivariolosa, vacuna pertusis, entre otros. Dos estudios que
analizan los origenes del Instituto de Higiene son los de Saldana y
Priego (2000, 225-241), y Servin Massieu (2000).
(3) "Reglamento impreso sobre la vacunacion y revacunacion de
la viruela en Mexico", 27 marzo 1925. Archivo Historico de la
Secretaria de Salud (en adelante AHSS). Fondo: Salubridad Publica,
Seccion: Servicio Juridico, vol. 2, expediente 9, 1921-1925.
(4) Capitulo II. Profilaxis de las enfermedades transmisibles,
Articulos 103 a 132. En Codigo Sanitario, 1926.
(5) La diarrea, enteritis, paludismo, tos ferina y viruela, en ese
orden, eran las primeras causas de mortalidad por enfermedades
prevenibles a mediados de la decada de 1930.
(6) "Vacunacion antivariolosa en los templos", 1922.
AHSS. Fondo: Salubridad Publica, Seccion: inspeccion de vacuna, caja 3,
exp. 22, 1922, 3 fojas.
(7) "Relacion de las oficinas de vacuna", 1922. AHSS.
Fondo: Salubridad Publica, Seccion: inspeccion de vacuna, caja 3, exp.
23, 1922, 1 foja.
(8) "Informe del Servicio extraordinario de vacunacion
antivariolosa, practicada en la Delegacion de Guadalupe Hidalgo, durante
el mes de diciembre de 1931". AHSS. Fondo: Salubridad Publica;
Seccion: inspeccion de vacuna, caja 4, expediente 16, 1932, 10 fojas,
foja 3.
(9) "Expediente relativo al Reglamento sobre vacunacion y
revacunacion antivariolosa", 1935. AHSS. Fondo: Salubridad Publica,
Seccion: Servicio Juridico, vol. 42, exp. 18, 1935, foja 8.
(10) "Problemas para la vacunacion antivariolosa del
pais". AHSS. Fondo: Secretaria de Salubridad y Asistencia. Seccion:
Subsecretaria de Salubridad y Asistencia, caja 31, exp. 3, 1947, fojas
257.
(11) "El Dr. Martinez Vaca informa de las dificultades para
aplicar la vacuna a los asistentes a la Catedral Metropolitana".
AHSS. Fondo: salubridad Publica; Seccion: Epidemiologia, caja 22, exp.
15, fojas 5.
(12) Aunque se mueran, no quieren los vacunen. El Universal, 14
agosto 1934.
(13) Informe sintetico de los trabajos desarrollados por la Oficina
de Higiene Rural y Medicina Social. 1939. Boletin de Salubridad e
Higiene, II, 7, pp. 640-641.
(14) Sobre la formacion de las enfermeras visitadoras ver Agostoni
(2007).
(15) El Codigo Sanitario de 1926 determino que se establecerian
servicios sanitarios en los estados, y que estos serian sostenidos por
el gobierno federal. Las Delegaciones Federales de Salubridad fueron
establecidas en Aguascalientes, Aguascalientes; Apiaxco, Tlaxcala;
Campeche, Campeche; Colima, Colima; Cozumel, Quintana Roo; Ciudad
Victoria, Tamaulipas, Cuernavaca, Morelos; Culiacan, Sinaloa; Chihuahua,
Chihuahua; Durango, Durango; Guadalajara, Jalisco; Hermosillo, Sonora;
Iguala, Guerrero; Leon, Guanajuato; Mexicali, Baja California, La Paz,
Baja California, Morelia, Michoacan; Monterrey, Nuevo Leon, Merida,
Yucatan; Oaxaca, Oaxaca; Puebla, Puebla; Queretaro; Tepic, Nayarit;
Torreon, Coahuila; Tuxtla Gutierrez, Chiapas, y en el estado de
Zacatecas. Ver Alvarez Amezquita (1960, 281).
(16) Para un examen de los trabajos de la Fundacion Rockefeller en
Mexico y las negociaciones, conflictos y acuerdos que tuvo con el DSP,
ver Birn (2006).
(17) Palabras de Gustavo Baz en septiembre de 1936 al enviar a los
primeros 260 estudiantes al campo mexicano en servicio social. Tomado
Conmemoracion del 50 Aniversario de la Instauracion del Servicio Social
en Mexico (1986, 19).
(18) "Instrucciones y reglamento generales de actividades de
Campana antivariolosa". AHSS. Fondo: Salubridad Publica; Seccion:
Epidemiologia, caja 60, exp. 8.
(19) De particular trascendencia para lo anterior fue la creacion
en 1931 de las Brigadas Sanitarias Moviles de los Servicios de Sanidad
Federal de los Estados, la promulgacion de un nuevo Codigo Sanitario
(1934), la creacion de los Servicios Coordinados de Salubridad (1936),
asi como la organizacion y puesta en marcha de la Campana Nacional
Antivariolica en 1943, entre otros elementos.
(20) "Expediente relativo al Reglamento sobre vacunacion y
revacunacion antivariolosa, 1935". AHSS. Fondo: Salubridad Publica,
Seccion: Servicio Juridico, vol. 42, exp. 18, 1935, foja 4.
(21) Alvarez Amezquita, Servicios medicos rurales cooperativos en
la historia de la salubridad y de la asistencia en Mexico, en Alvarez
Amezquita (1960, 93-107). Los articulos 4[degrees] y 5[degrees] de la
Constitucion de 1917 aluden a dos distintos aspectos de la libertad de
trabajo. El 4[degrees] faculta a las personas a que escojan la
profesion, industria, comercio o trabajo licitos que deseen, mientras
que el 5[degrees] libera a los individuos, en terminos generarles, de la
obligacion de prestar servicios personales si no media su consentimiento
y si no perciben una justa retribucion.
(22) Mendizabal, 1947, p. 531.
(23) Cabe senalar que la creacion de la carrera de medico y
enfermera rural en el IPN desato la energica oposicion de la Universidad
Nacional Autonoma de Mexico y de numerosos medicos, y que solo fue en
1943 cuando la carrera fue aceptaba y aprobada por la Universidad
Nacional y la Escuela Medico Militar.
(24) El ultimo caso de viruela en Mexico se notifico el 2 de junio
de 1951 en una poblacion en el estado de San Luis Potosi. La viruela se
declaro erradicada del pais el 16 de junio de 1952. Ver Fernandez de
Castro (1997, 99-106).
CLAUDIA AGOSTONI [1]
Instituto de Investigaciones Historicas,
Universidad Nacional Autonoma de Mexico