摘要:El 1 de Abril del 2005, el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas remitió la situación de Darfur (Sudán) al Tribunal Penal Internacional. Dos meses más tarde, el Fiscal aceptó la remisión y decidió iniciar una investigación. No se trata sólo del primer caso enviado a la Corte por las Naciones Unidas; se trata además de la primera instancia en la que el TPI se ve involucrado en un país cuyo gobierno se opone tajantemente a cooperar con el tribunal y rechaza su jurisdicción. ¿Cómo se desenvolverá esta recién creada institución en un entorno político tan complicado? ¿Probará este caso que el derecho penal internacional puede disuadir la comisión de atrocidades? ¿Puede el escrutinio de la comunidad internacional y la amenaza de acusaciones judiciales inhibir la conducta de del Presidente de Sudán, Omar al-Bashir? Este artículo sugiere que excesivo énfasis en la disuasión como elemento central, tan prevalente en la literatura que vincula el Derecho Internacional con la resolución de conflictos, tiene poco valor analitico y no ayuda a la causa de la justicia internacional. Críticos y escépticos, cada vez mas numerosos en el mundo anglosajón, pasan por alto la diferencia entre disuasión a corto plazo y prevención a largo plazo, ignoran la importancia de la credibilidad y la consistencia como funciones necesarias de la disuasión, y no tienen en cuenta la variedad de estrategias que los actores internacionales eligen para plantarle cara a la amenaza de acusaciones judiciales, así como las restricciones que limitan sus acciones y sus opciones de salida.