摘要:Durante la segunda mitad del siglo XX, la explosión de la demanda urbana en productos hortícolas ha intensificado fuertemente la actividad agrícola en los valles andinos - valorizando de este modo el potencial de producción en productos templados del medio montañoso andino. Esta evolución acarreó una recomposición de los terruños de cultivo, una transformación radical de las producciones, una intensificación de las prácticas agrícolas y con ello una evolución de la relación que los campesinos andinos tienen con la tierra. El estatus de la montaña andina parece haber evolucionado de « espacio vivido », donde el campesino vivía en estrecha relación con su tierra, generando esencialmente productos de autoconsumo (exportación del trigo establecida por los colonos españoles que ha periclitado desde numerosos decenios), a un « espacio productivo », abasteciendo tanto el mercado urbano cercano como la exportación o importantes empresas de transformaciones agroalimentarias. Sin embargo, ¿la relación con la tierra está basada hoy exclusivamente en la rentabilidad de la producción ? En el marco de un enfoque medioambiental, es posible poner de relieve la evolución de las representaciones/percepciones del terruño a través del análisis de la ocupación de los suelos y de las prácticas establecidas por las poblaciones campesinas en el Estado de Mérida. Esta relación tierra/campesino conoce hoy un nuevo momento crucial frente a la aparición de la noción de medio ambiente en la política agrícola del país como también en la actitud de algunos grupos de agricultora.