期刊名称:Prácticas y Residencias en Formación Docente: memorias, experiencias y horizontes
出版年度:2016
期号:2
语种:Spanish
出版社:Red Nacional de Prácticas y Residencias en la Formación Docente
摘要:En el siguiente escrito se pretende reflexionar sobre algunos problemas en relación con la enseñanza de la filosofía, y su emergencia en la situación de residencia. Entre ellos las tensiones entre la práctica filosófica y la práctica de la enseñanza; la normalización y la emancipación. Esto involucra una cuestión tanto filosófica como política en tanto refiere simultáneamente a la idea de filosofía desde la que se piensa, el ideal de sujetos que atraviesa la formación y el tipo de subjetividad que se construye al interior de determinadas prácticas, así como a la consiguiente complejidad de las relaciones entre sujeto y estado. A partir de esto caben algunas preguntas fundamentales: ¿Cómo enseñar filosofía desde una perspectiva que no diluya el potencial crítico de la disciplina y lo convierta en un mero aparato ideológico?, ¿Cómo pensar la función docente? ¿Qué debe hacer un docente de filosofía? ¿Enseñar a pensar críticamente? ¿Reconstruir la serie de problemas que históricamente caracterizan el corpus disciplinar? En este sentido señalaremos que interesa no sólo qué se enseña bajo el nombre de filosofía sino que prácticas políticas devienen de tal enseñanza. Enseñar filosofía es una tarea que suele presentarse con algunos problemas peculiares, más allá de las cuestiones que implican a todo profesional de la enseñanza. Basta ver la expresión de asombro en el rostro de un estudiante cuando interroga sobre nuestro “oficio”. Por lo pronto, no resulta común que los términos “oficio” y “filosofía” se configuren en forma compartida. El análisis de un viejo artículo de Eco permite poner en tensión algunas de las representaciones que circulan con mayor frecuencia: la filosofía como una actividad ociosa, para aficionados, frente a un oficio, el oficio de pensar, que no sólo se logra por las acreditaciones que certifican tal titulación o por la mera referencia a otros filósofos, sino, arguye, que este oficio se juega en la puesta en cuestión de prácticas diversas y cotidianas, puesta en juego del pensar que se realiza en cualquier espacio y tiempo disponible, que revisa el pensamiento de otros para discutir con ellos, entre otras cuestiones. Sin embargo, Eco no deja de presentar una de las tensiones que atraviesan la práctica de la enseñanza de la filosofía de modo paradójico: ... se puede ser filósofo, es decir un pensador, aún cuando se esté condenado a ser profesor de filosofía (Eco, 1987) Este a pesar, sin embargo, empero, devuelve la pregunta con otras resonancias. ¿Se puede ser filósofo sin enseñar a nadie? ¿Es posible emprender este oficio sin pretender hacer filosofía? ¿Cómo se hace filosofía? Tampoco son pocas las dificultades que se le presentan al residente a la hora de comenzar a “pensarse” en el lugar del profesor. De eso trata el presente texto. De instalarse en algunas problemáticas que pretendemos poner en tensión a la hora de pensar la enseñanza de la filosofía.