摘要:Los Estados latinoamericanos nacieron sobre la modernidad ilustrada, con sus cuerpos de iguales horizontales y sus órdenes constitucionales que incorporaron a los textos la protección de las garantías a nivel de los derechos civiles. En el decurso de dos siglos y manteniendo extensas franjas de exclusión, las constituciones avanzaron hacia la incorporación de derechos (sociales y económicos e incluso el reconocimiento a la diversidad multiculural y pluriétnica). Pese a esta evolución y a doscientos años de aquel comienzo promisorio, algunos Estados comparecen hoy ante el tribunal interamericano que los juzga por violar la fuente básica en la materia: la Convención Americana sobre Derechos Humanos, así como convenciones y protocolos que constituyen la red de instrumentos de protección y regulación de los DDHH. Este artículo centra su análisis en dos demandas ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos fincadas contra México y Uruguay. Ellas correspondan a países con notorias diferencias en las conformaciones históricas, entornos de transgresión, marcos legales y trayectorias transicionales. Más allá de estas diversidades ambos comparten dificultades para acatar la normativa del derecho internacional en materia de DDHH, jurídica, ética y políticamente obligatorios en un mundo donde «la universalidad, interdependencia, indivisibilidad e interrelación de los derechos» es norma establecida.