摘要:Para el año de 1612 los poderosos duques de Medina Sidonia, como señores naturales de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), ciudad que protegía la entrada a la barra del Guadalquivir y antecedía al puerto de Sevilla como cabecera de las flotas a Indias, tenían asumido el engrandecimiento de la misma, por ser sede de su Casa y poderío, con un programa urbanístico, arquitectónico y artístico de gran calado, del que son buen exponente las numerosísimas fundaciones religiosas que la convirtieron en una auténtica ciudad-convento barroca. De ahí su efectivo mecenazgo en el mundo de las artes, pues se necesitaban no sólo capacitados edificios para las comunidades de religiosos que allí vivían o recalaban temporalmente en tránsito para las Americas, sino de los indispensables ajuares litúrgicos y devocionales para sus iglesias y conventos, lo que favoreció la llegada al lugar de artistas y obras.