La democracia liberal es el único sistema de gobierno que ha emergido del convulsionado siglo XX con legitimidad global. Sin embargo, sus principios fundacionales se encuentran hoy bajo ataque en las democracias industrializadas. ¿Cómo explicar este fenómeno? Un nuevo contexto global, caracterizado por la relocalización de la producción industrial, impulsa a los votantes a respaldar liderazgos crecientemente radicalizados. La experiencia latinoamericana sugiere que estos gobiernos intransigentes erosionan los derechos políticos y las libertades civiles de sus adversarios. Los intentos por renovar la democracia a menudo conducen, inesperadamente, a veladas formas de poder autocrático.