Chen Sham, Jorge y Mayela Vallejos Ramirez, eds.: Mascaras, disfraces y travestismos en la narrativa corta latinoamericana.
Vazquez Cruz, Carlos
Chen Sham, Jorge y Mayela Vallejos Ramirez, eds. Mascaras, disfraces y travestismos en la narrativa corta latinoamericana. San Jose: Editorial Fundacion Interartes, 2013. 323 pp. ISBN: 978-99-6865-904-8.
Dotado de alta calidad sostenida, de aceptable representacion geografica, de diversidad teorica y de vuelcos a la perspectiva literaria tradicional, este libro redimensiona los asedios a la narrativa latinoamericana. Sus editores ingenian un topos diacronico y critico en el cual se discute la maleabilidad del tema y del lenguaje estetico como redefinitorios de la fabulacion, los privilegios del discurso autoral y la (auto)ficcion. De los trece ensayos que conforman el corpus, cuatro se vinculan con la literatura argentina, dos con la chilena, uno con la chicana, uno con la costarricense, uno con la cubana, uno con la guatemalteca, dos con la mexicana y uno con la venezolana. Dicho microcosmos de visibilidad levanta, como en toda antologia, preguntas sobre las omisiones. Aun asi, se agradece la integracion de muestras centroamericanas, cuya presencia, en innumeras ocasiones, equivale a cero.
En la introduccion, "Dobleces, simulaciones y mascaras ...," Chen Sham y Vallejos Ramirez retoman la cripsis (mimetismo animal) para discurrir sobre las estrategias de simulacion efectuadas por el ser humano; entre ellas, la mascara, fabricante de identidad en todos sus aspectos. Proponen no solo explorar el ocultamiento o camuflaje que facilita la adaptacion de personas/personajes a la diegesis, sino tambien, por medio de la literatura y de su interpretacion, exponer la escritura como comparsa de antifaces. Inaugura el numero Demetrio Anzaldo Gonzalez con "Los increibles enmascaramientos de Borges: 'Emma Zunz,'" articulo que sondea el terreno fronterizo de dicho narrador. Aunque los argumentos sobre verdad/ficcion en este contexto--relativos al escritor en cuestion--resultan tan manidos como adjudicarle el empleo de dobles, laberintos o encrucijadas, Anzaldo Gonzalez los tuerce a su favor con el fin de establecer que el universo entretejido por Borges a Emma Zunz se torne eventualmente en trampa que el personaje le tiende a su autor.
El analisis enjundioso que entrega Carolina Sanabria en "El camino de Santiago," de Alejo Carpentier, fija las coordenadas de un ser en busca de identidad. El disfraz se impone como acumulacion de detalles posados progresivamente sobre un sujeto que habita multiples marginalidades. En el proceso, el se devela como construccion fluida, marcada por la experiencia previa: cada vez que cambia el sendero, adquiere un nuevo nombre cual lastre que carga de su estado anterior. Nace aqui la migracion en su modalidad performatica, portadora--en ocasiones--de hipocresia, admitida esta en su significado original de representacion y mascara. Acto seguido, por medio del analisis de tres cuentos de Silvina Ocampo, Jorge Chen Sham demuestra los multiples niveles subrepticios de fingimiento empleados por la autora en clara alusion a la propuesta sarduyana que abarca animalizacion, mascara y simulacro. Cuando, partiendo de tales "dispositivos," (63) reflexiona sobre la mentira o la revelacion de la verdad cual formas abstractas de llevarlos a cabo, el critico esgrime argumentos--aunque breves--sobresalientes.
Guadalupe Perez Anzaldo ausculta la mascara en el cuento "Bien Pretty," de Sandra Cisneros. Desglosa diafanamente la careta como negociacion-negacion-metamorfosis-camuflaje de la herencia estampada en el fenotipo de Lupe, quien descubre en su imagen la conexion con sus origenes etnicos y culturales. Empero, el perfil del personaje --doble colonizada, exiliada de sus raices y mujer apoderada de la propia sexualidad --manifiesta la fragmentacion identitaria. De la oralidad a la escritura y--por ende--a la lectura, el cuento hilvana los tiempos: crea una cadena apalabrada, cual codigo linguistico/genetico que, desde lo ancestral, transita hasta la actualidad.
Por su parte, Virginia Caamano Morua apuesta a Sergio Gomez: lee la simulacion del melodrama en su cuento "Extranas costumbres orales." La ensayista detalla la diacronia y el afincamiento del genero. Lo replantea como dimension porosa en donde la felicidad--aspiracion ultima--queda desplazada por la sexualidad (sobre todo femenina), y lo erige como elemento coadyuvante de la identidad personal/nacional. Para ella, el autor disfraza de melodrama un relato en el cual la performatividad del chisme metaforiza, sutil y sofisticadamente, la antropofagia. Sumados a esta, los recursos mediaticos (comerciales, musica, farandula) travisten el cuento en telenovela.
En el sexto trabajo critico, Dorde Cuvardic Garcia inscribe el cuento "Orfeo," de Miguel Gomez, en un marco de inagotables rescrituras miticas. Lo adereza con el doble 'fantastico' que germina de una sicopatologia esquizoide. Permean la obra los contrapuntos modal y tonal, a traves de cuyos modos y tonos los personajes alternan diferencias en intervalos cada vez menores hasta (con)fundirse. La cinematografia y el fax actuan como conectores: el primero hilvana mito y realidad; el segundo, a ambos personajes como (fac)similes que se corresponden. Luego, en "Identidades borrosas en Sunset Boulevard ..." Josefa Lago Grana comenta minuciosamente el cuento "Mas estrellas que en el cielo [Cortometraje]," de Alberto Fuguet. Parte de los conflictos 'genericos' que postula su catalogacion y formato (guion) filmicos en contraposicion a su publicacion como relato. Se aprovecha de estos para discurrir acerca de la hibridez, los conflictos identitarios, la caracterizacion, las perspectivas y la pugna 'imitacion vs. camuflaje.'
La frontera y lo fronterizo, vistos en dos piezas narrativas incluidas por Luis Humberto Crosthwaite en su libro Estrella en la calle sexta, se escudrinan en el ensayo de Edgar Cota Torres. Mas que espacio, la frontera--antes diagnosticada a conveniencia como enfermedad por las ideologias nacional e imperial--funge aqui como dimension flexible, liquida, rizomatica. En ella se negocian lenguaje, identidad y realidad al punto en que fuera de las colindancias literales, los paises destinan escenarios para que, tanto locales como extranjeros, ejerzan a cabalidad el papel asignado o la expectativa que de ellos se tiene.
Rosa Tezanos-Pinto profundiza en las formas subyacentes de la mascarada que Luisa Valenzuela plasma en Los deseos oscuros y los otros. Cuadernos de Nueva York, texto aglutinante en el cual coinciden multiples capas escriturales o formas que determinan el fondo. En "Microrrelatos y la escritura lindante ...," la metaficcion, los aspectos autoficcionales de la autora y seis fragmentos inclasificables cuya finalidad se adentra en el extremo opuesto de su lucha politica encubren las cavilaciones sobre escribir y las problematicas sociales condenadas por Valenzuela. Mas adelante, tomando en cuenta un par de cuentos de Dorelia Barahona, Mayela Vallejos Ramirez vincula la mascara con la actuacion y el travestismo, y ambos, con la adaptacion de la persona y el alma de dos sujetos: el travesti--quizas la transgenero--Florencia, y el "leon" (243) que presume ser Ramon. La primera transita el flanco inasible de la identidad: le acontecen varias transmutaciones antes de construirse como "la senorita Florencia" (233). Incluso, tras la muerte, su realidad--literalmente desnuda--se enmascara de milagro para evadir confrontarla. El segundo satisface a todas luces los requerimientos sociales de macho alfa e hipermasculinidad, mas el final lo despoja de vestiduras, mostrandolo como un ser ordinario, apocado por el complejo de Edipo.
En "Las mascaras de la desaparicion en Reinventario de ficciones ...," Carlos Manuel Villalobos extrapola una emblematica novela de Balzac con el fin de atisbar las heridas sufridas por Guatemala en el siglo XX durante treinta y seis anos de guerra. El critico analiza como, entrado el proximo milenio, la narrativa de Francisco Alejandro Mendez explora la suspension de la identidad, los falsos dobles, la desaparicion de sujetos en manos estatales, la erradicacion de humanos y animales de su habitat y el feminicidio. De tal modo, se despiertan interrogantes acerca de la existencia --verdadera o ilusoria--del pais dibujado ante sus ojos como felicidad y herida. Clausuran el volumen Jose Salvador Ruiz Mendez y Andrea Benavidez, con "Mascaras, homosexualismo y performatividad en 'El alimento del artista' y 'Cine Cosmos' de Enrique Serna" y "Las mascaras en Bosque de ojos de Maria Rosa Lojo," respectivamente. Si bien es cierto que el titulo de Ruiz Mendez promete exhibir textos en un orden que luego se invierte y que la proporcion entre ambos comentarios resulta desigual, no es menos cierto que su acercamiento a "Cine Cosmos" figura como uno de los mas acertados del libro entero. La conjuncion de Fedros--el de Platon y el de Serna--se enriquece con el entrecruce que instaura la reescritura del mexicano dentro de un dialogo sobre el amor cimentado en raices filosoficas.
Finalmente, Benavidez descifra a Lojo desde la perspectiva historiografica que distingue sus escritos y desde la condicion de "exiliada hija," (304) segun confluyen en sus textos. Especial atencion amerita que cada funcion de la escritora se vuelca en sombra o mascara alternativa que se viste de acuerdo con la faceta que desempena Lojo. Benavidez cuestiona con eficacia el concepto "brevedad"--definido a partir del espacio--; lo contrapone a la incapacidad de este para abarcar--semanticamente--lo temporal y, por ende, lo reconoce como limitacion a la perspectiva. La critica expone las mascaras de Lojo valiendose del "tu" (312) transmutable presente en los microrrelatos: la transformacion femenina, el yo creativo (desdoblamiento de si), un Creador --tal vez Dios, quizas no--y el ser indefinido.
Mascaras, disfraces y travestismos ... retorna asi a la representacion griega de la individualidad actante y avanza hacia la mascara como proteccion e, incluso, supervivencia. Demuestra tambien la tendencia de varios autores latinoamericanos a acorazar sus desnudeces con el respectivo performance que le gana un rincon dentro del carnaval social. En definitiva, este libro rutila como salon de espejos en el que trece personas enmascaradas, disfrazadas, travestidas, desempenan un papel protagonico de autoridad intelectual que da gusto espiar.
Carlos Vazquez Cruz
University of North Carolina at Chapel Hill