LA FRONTERA DE LA AUTORIA Y LA ESCRITURA EN CRISTINA RIVERA GARZA.
Caceres, Roberto Dominguez
Cristina Rivera Garza detenta su postura etica en el acto de conjurar los poderes la escritura, sus herramientas y ser fiel a su tradicion. (1) Retoma la estrategia de un personaje detective/escritora, usada ya en Verde Shanghai (2011), en El mal de la Taiga (2012) y logra la caracterizacion de lo inefable, como hemos dado en llamar a los procedimientos de algunos narradores mexicanos contemporaneos para dar la ilusion de un suspense en sus relatos cuando en ellos bordean las razones de sus personajes, disimulan las intenciones de los efectos retoricos de su escritura o difieren la revelacion del mundo que narran. Esta distancia entre el texto y el evento de relatar, esta indagatoria desde el margen de la escritura, hace posible que el autor etico tenga un sitio en lo representado como observador y primer "critico" de lo que escribe. (2)
La taiga "llena a sus habitantes de ansiedades terribles y emprenden viajes suicidadas para salir de ahi [...] Cosa imposible por estar rodeados de lo mismo en algo asi como cinco mil kilometros a la redonda" (19), produce un mal similar a la ansiedad que despierta escribir e indagar. El buscador y la busqueda lo sufren, por eso esta escritura se desdobla en reflexion y en duelo.
Hans George Gadamer, en Acotaciones hermeneuticas (2000), aborda la autoria como una performatica del autor en la realidad, como una intervencion en los modos de estar en el mundo por medio de la accion de vivir, y dice:
Empecemos por la palabra theoria. Tal vez podamos escuchar en ella el theasthai y la thea, el "mirar" y el "demorarse en la mirada" [...] En toda disolucion hay un olvidarse del tiempo. En eso consiste demorarse en algo. En Aristoteles, Theoria es la forma de la vida de los seres divinos, para los que el mundo entero no es nunca algo externo, sino que constituye su propio ambito. Aristoteles designa el tipo de saber inherente a la practica como ([phrase omitted], phronesis) Phronesis, se trata pues del conjunto de la conducta y de la manera de vivir, sin que se limite el significado de la conducta que es siempre un "conducirse." Aristoteles caracteriza conceptualmente como phronesis esa sagacidad practica que da su impronta a la manera de llevar la vida de uno. (18-22)
Procedamos con un planteamiento de una probable teoria de la autoria en Cristina Rivera Garza.
LA AUTORIA COMO DISOLUCION
El mal de la taiga (2012) reporta un relato que sera administrado paulatinamente: "Que habian vivido ahi, me dijeron. Que esa era la casa. Y la senalaban con una especie de timidez que bien podia confundirse con el respeto o con el terror" (11). Una mujer detective, que ha fracasado en varias de sus anteriores pesquisas, es contratada por un misterioso y atractivo hombre para "recuperar" a su esposa fugitiva quien ha huido con su amante a un remoto paraje: la taiga. (3) La novela entreteje el proceso de una indagatoria detectivesca con comentarios sobre el amor, la bondad, la soledad y el arraigo, presentados como negociaciones con la voluntad de escribir para descombrar la realidad enganosa. El relato desarrolla otras historias: un cuento de hadas--Hansel y Gretel, otra del desamor entre seres misteriosos, una mas de atormentados amantes huidos--como Ginebra y Lancelot--deseosos de ser encontrados; otra mas es la historia de su escritura y de las reflexiones de un alter ego--narrador mujer--que permanece en la busqueda, en un viaje de reconocimiento que es la escritura. En esta novela, el lector no olvida nunca que esta leyendo un texto de ficcion que esta vivo, que se alterara con su reflexion y su consecuente toma de distancia sobre lo leido.
El personaje de la detective declara que su informe no podra ser contado porque ni la memoria ni el lenguaje son los medios adecuados para hacerlo. Por tanto, ejercita la prudencia y la reflexion para dejar en su relato las huellas de algo que solo puede presentirse, sin jamas revelarse plenamente: la escritura. Su prudencia supone enfrentar la desconfianza en lo univoco del lenguaje para asumir las incertidumbres que implica el acto de escribir y, en consecuencia, el de devenir autor de un texto. La autoria consiste en hacer evidente las negociaciones entre la realidad y el lenguaje propuestas por el escritor en el devenir de su escritura.
Esta estetica, concomitante con el oximoron de escribir lo inefable, subraya y afirma un proceso singular de autoria pues inscribe un doble registro que incluye en un relato convencional otro metafisico, en el que Rivera Garza tematiza que se escribe, como se resuelve una posibilidad de decir algo y con que mecanismos se mantiene la tension para que el lector siga la historia. (4) La narradora evidencia su proceso escritural, disolviendo la fijeza de la letra impresa y su sonido, con preguntas sobre el lenguaje, sobre la traduccion, sobre los tiempos o los tonos sonoros con los que se produjo la imprecisa experiencia para contarla mas prudentemente. Asi en el capitulo "Algo de su lengua en mi lengua" dice:
Recuerdo las muchas veces que repeti esa frase: "El hablante de su lengua que se encargaria de ponerlo todo en mi lengua" (...) Nada de lo escrito ocurre nunca tal cual, repetiria eso o algo parecido ... Detengase, le pediria. Lea como si hubiera muchos minutos, incluso algunas horas, entre las palabras pronunciadas primero y luego, las palabras escritas. Transcritas. Las frases. (36-37, el enfasis es mio)
En primer plano, la narradora advierte al futuro lector del informe--el texto que estamos leyendo--que debera reconstruir dos lenguajes: uno pronunciado y otro refigurado por la traduccion. Asi los hechos quedan "entredichos" entre versiones y perversiones. (5) Esta escritura pretende la disolucion de fijeza del texto escrito y enfatiza la sustancia sonora--sonidos libres que viajan--de la lengua con la que se cuenta. El asunto de la historia no se confronta directa, sino tangencialmente, agregandosele mas espacio, mas terreno medio con cada pregunta sobre lo que se ha visto, sobre lo que se ha escrito. En segundo plano, aparece la imprecision sobre lo vivido y escrito que se expresa en sensaciones que apuntan lo inabarcable de lo sentido, expresado mas en sustantivos, "sabor," "amargura," "acidez," "olor," que en adjetivos:
Recuerdo el sabor de mi saliva. La amargura. La acidez. Algo que se habia trasminado desde el interior de la cabana hasta el interior de mi cuerpo nada mas al abrir la puerta. El olor es lo mas dificil de trasminar o de borrar. Recuerdo, sobre todo, como eso que no sabia identificar, habia raspado la garganta, la laringe, el esofago. Las ganas de vomitar. (43, el enfasis es mio)
Asi "algo," "eso," "todo," "especie" caracterizan la indefinicion y tambien una imagen del cuerpo trasminado por la realidad, permeable a ella, como si fuera un texto. (6) Se recurre a nociones tangenciales que proyectan una percepcion imprecisa, aludidas en el texto por el verbo "recordar" usado como aliteracion:
Recuerdo el nino que imagine al ver al empresario [...] Algo con la boca abierta, anhelante [...] Una especie de gigante torpe que, al cortar la linea del horizonte, provocaria asco mas que terror. Recuerdo las imagenes del sueno. Recuerdo que dentro del sueno que vi la pequena mano, su marca sobre la pared de madera. Recuerdo el paso de la luz. La palabra "filtro." La palabra "cuna." Recuerdo, sobre todo eso, que todo lo que vemos lo vemos a traves de una rendija. Recuerdo ahora, como salva. Recuerdo la luz a traves de muchas ventanas. La memoria pone frente a mi la ventana del amanecer. (61, 67 y 69, el enfasis es mio)
De esta manera, nos prepara para el avistamiento--imposiblemente objetivo--de una figura singular en el relato, el muchacho feral nacido de la luz de la pantalla de cine, un adolescente al que ve y que se ve a traves de percepcion mediada, nunca total (la ventana), en una dinamica que crea lo observado y lo velado al tiempo que emplaza los dos cabos del proceso: el observador y lo observado.
La escritora en el relato reflexiona sobre el ejercicio de su autoria como la relacion entre la autorizacion para contar y las limitaciones de su memoria, de su comprension del lenguaje para dar el ritmo y las palabras justos a su historia. No lo hace directa sino oblicuamente, por medio del personaje narrador quien a su vez trascribira lo que el traductor le cuente. Asi, pone de manifiesto lo inaprehensible de la realidad trasvasada en el lenguaje:
Lo que vi frente a mi, lo que estaba frente a mi, casi al alcance de la mano, justo en el centro de un semicirculo hecho de gente y de curiosidad y de espanto, solo podria verse en realidad a traves de esa ventana. Un rectangulo es a veces una figura sagrada. (71)
?Me vio entonces, por azar, sin siquiera dirigir intencionalmente la mirada, sino mas bien, tropezando, con torpeza, con la mia? [...] Y se produjo, justo en ese momento, la ventana. Y a ventana produjo el espectador. (73)
La reflexion sobre el proceso en que reconstruira el informe se hace al tiempo que la esposa profuga va dejando notas a su paso para ser localizada, mientras la detective se va acercando mas al traductor con el que terminara liada. Hay al menos dos historias de amor enfrentadas y complementarias. Este relato advierte sobre la futura lectura: "Es dificil describir lo que no se puede imaginar" (84 y 95), "Es dificil imaginar lo que no se puede describir" (89). De esta manera se afirma que el encuentro con lo buscado o el desenlace de un misterio nunca terminan por satisfacernos. Este suspenso de intriga no desembocara en una respuesta sino en un bosque de alternativas.
De la esposa profuga solo concluye, como si se encontrara con la mitica Helena, que era sorprendente y fascinante: "estaba frente a alguien que habia logrado hacer del mundo, de su alrededor en todo caso, el mundo de su deseo. Imagen que tiembla. Cosa de fulgor. ?Que hay entre imaginar un bosque y vivir en un bosque?"(97). La metafora del bosque alude a lo uno en lo multiple, a la distancia entre vivir e imaginar, que son dos formas del relato. (7) La historia en si se deja en estado de latencia mientras se cabila sobre la incertidumbre del proceso de escribir y de encontrar lo buscado. Estas reflexiones concluyen que todo informe de lo ocurrido siempre estara incompleto, que toda pesquisa esconde un deseo de que nada se resuelva ni se defina, para mantener la esperanza de que todo sea como alguna vez se deseo y no como es. Asi la objetividad remonta y se queda, como el lobo de los cuentos aludidos en otro plano de la historia, al acecho en el texto.
La historia se abre como rizoma a otros cotextos: Hansel y Gretel, Caperucita roja o L'enfant sauvage de Francois Truffaut (United Artist 1970). Al comentarlos, entabla dialogos con sus versiones del bosque desconocido, del lobo, de la nina indefensa quien--como la esposa infiel, como la detective que la busca, como muchas mujeres hoy--enfrentara peligros piliformes cada vez mas dificiles de abatir. De manera semejante a lo que plantea Keshales y Papushado en Big Bad Wolves (United Channel Movies 2013), Rivera Garza cuestiona por que el lobo "es siempre feroz. Astuto y agil, el lobo siempre se las arregla para salirse con la suya [...] El lobo, en otras palabras, siempre gana" (47). Y propone que la inteligencia de esa pequena nina de los cuentos infantiles o los cuestionamientos de una detective dubitante tienen el poder para interpelar con sus palabras la ferocidad violenta masculina y presentarla como consecuencia de la inconsolable soledad del macho, resultado de su inconfesable complicidad historica.
Rivera Garza aborda e interroga la autoria incluyendola en el proceso de la escritura abierta a recibir y a abrazar otros textos. Al hacerlo libera lo escrito de la presion de contar una historia objetivamente y recupera la centralidad de la (re)composicion que supone armar un discurso. Abre la escritura para incluir su otro extremo--la lectura--y acota el sentido que tiene contar--y escuchar--una historia para desobjetivar el mundo narrado y evidenciar que la lectura de ficciones debe ser entendida como un comentario sobre el mundo, como una incursion en los mitos fundantes. Tiende un puente entre el pasado del texto--la creacion--con el presente de su lectura--la apropiacion --. Su autoria es una escritura abierta que se ejercita con prudencia. (8)
La ESCRITURA COMO DOLENCIA
En Los muertos indociles. Necroescrituras y desapropiacion (2013) hay una extension teorica de El mal de la taiga. Aqui la perspectiva autoral cuestiona la relaciones entre el acto de ver el mundo y el de elaborar una teoria que lo incluya. Rivera Garza propone una intervencion como autora, creadora y curadora de textos. Escribir es componer el mundo asimilando una parte de la realidad personal a la colectiva y viceversa. Las funciones del escritor no dejan de reclamar un ethos. Entre la escritura y la creacion media un panorama problematizado:
Relacionado sin duda con el pastiche y con el collage, el uso masivo y cotidiano del copy-paste ha convertido a los mas distintos autores en curadores textuales para quienes las distinciones entre narrador y autor o el respeto por la verosimilitud poco tienen que ver con la efectividad de su proceso creativo o con el objeto resultante de su observacion. (40)
Rivera Garza plantea el problema de la procedencia y la pertenencia de los textos. Las historias no vienen o van, estan y cohabitan en el espacio de la pagina. (9) Es cuestion de silenciar momentaneamente la ilusion de "autorizacion" de la palabra del autor para dejar que la palabra comun (y no la voz autorial) suene. No se trata de silenciar al creador, es cuestion de encontrar los limites en los que se cifra el inicio de la voz que cuenta una historia: rastrear el origen de una experiencia de la que se da cuenta no en el autor, sino en el lenguaje compartido. El sentido politico de contar una historia es la posibilidad de devolverle la subjetividad a alguien que no pudo contar el horror por haber sido su testigo. Contar es mas que escribir, es dotar a otro de una experiencia y demanda un ethos critico: "Como nunca en la historia de la escritura, todo parece indicar que las tecnologias contemporaneas por fin nos han hecho admitir en publico lo que hemos sabido desde siempre: no hay acto de escritura que no sea reescritura [...] cada palabra que existe, existe porque ha existido antes, es decir, porque ha sido reescrita" (93). Marca la prestancia y aparente inocuidad de las actuales tecnologias para escribir, de la circulacion, la reutilizacion, retuiteo o reasignacion de la informacion, y advierte que el acto de escribir no debe ser una nota frivola instantanea ni un ejercicio autocomplaciente. (10)
Rivera Garza considera que el escritor deberia hacer sentir al lector la experiencia de estar leyendo, no solo manejando--handling--la informacion. Debe, en primer termino, asumir su rol en el trasiego de los datos: los creados como soporte de una subjetividad, de datos construidos para devolver la agencia a todos aquellos que han perdido la capacidad de escribir por un silenciamiento derivado del consumo y manejo de tecnologias que "fabrican" textos, pero que no producen ni ofrecen sentidos de lectura de la realidad intersubjetivamente desigual, asonante. Son tecnologias de escritura que la muestran perversamente homogeneizada con algunos canones, asuntos, autores y puntos de vista privilegiados mientras se silencian o hacen invisibles otros discursos.
En segundo termino, nos sugiere repensar la relacion entre la maquina y la escritura, entre esta y la dependencia de un sistema educativo/alfabetizador que no podemos dar por sentado para todos, que no es democratico y que no esta al alcance de todos. Las tecnologias para escribir (no solo para producir textos) son ya formas de lectura de la realidad, pues se escribe siempre con algo (soporte) y en uso (facultad) y conocimiento (instruccion) de un alfabeto. Rivera Garza convoca en su ensayo distintos puntos de vista sobre la etica de la escritura. Senala, por ejemplo: "El genocidio esta esperando que lo desentierren y lo nombren, escribe @harmodio en uno de los tuits que publica desde un barrio en las afueras de Paris. Se refiere a Mexico, aunque no solo a nuestro pais, eso se entiende, y se refiere tambien a ese proceso de nombrar, de dar y pedir la cara, que implica toda escritura" (220).
En tercer termino reflexiona sobre la acumulacion de informacion que supone una lectura y sobre la posibilidad de repensar la dimension social de los actos de lectura entendidos como fuerza colectiva, como posible acumulacion de lo comunal. Por ejemplo, cuando piensa en la imagen creada por muchas lecturas sumadas, por muchas lecturas:
?Y que es Comala sino la curaduria de las frases reescritas en el limbo que ha sido la historia de Mexico? Leer parrafos reescritos es una forma de des leerse. No es pregunta. Mas que escribir frases, curarlas. Que es otro modo de padecerlas. Lo extrano es que "curar frases" no nos aleja, ni a las frases ni a mi, de esa enfermedad que es todo lenguaje. El tiempo. Quien reescribe, actualiza. El motor del re escritor no es la nostalgia por el pasado, sino la emergencia del presente. Esta cosa sin salida. (95)
La autora complementa esta idea cuando dice: "Acaso no fuera mala idea del todo recordar y recordarnos que utilizamos en la escritura un lenguaje prestado, es decir, un lenguaje que es de todos y que, luego entonces, reutilizamos (con o sin las comillas del caso)" (241). Asi, todo uso es un reuso y todo hallazgo del lenguaje deberia ser tambien compartido por todos sus usuarios, conscientes o no de su procedencia, que deberian ser siempre y en todo caso sus beneficiarios.
ESCRIBIR FRENTE AL HORROR
Escribir requiere la asimilacion a una tecnologia cambiante, la decision estetica de renunciar a la objetividad y asumir la construccion desde la perspectiva ideologica con el mundo que se ve desde la escritura, como lo demuestra El mal de la taiga, pues se escribe siempre frente a algo. En el caso del ensayo Los muertos indociles, el horror es una manifestacion desubjetivadora frente al cual escribir es un acto de resarcimiento de lo humano. Escribir el horror supone una toma de distancia y no para escribir del horror, para convertirlo en tema o sujeto, para comerciar con sus diferentes versiones. Escribir frente al horror supone no volverlo "estilo" sino asunto, para acotarlo desde una reflexion sobre la escritura como ejercicio de la prudencia, como un "saber" conducirse frente al horror y cuestionarlo, saber hacer algo con el cuando lo tenemos enfrente. De ahi que aventuremos una etica de la escritura de Cristina Rivera Garza.
Sostenemos que, como lo sugiere la definicion aristotelica de la phronesis --prudencia--de Gadamer esbozada al inicio de este texto, la experiencia que propone Rivera Garza en su escritura es detenerse en el momento para asumirse y asimilarse en lo contemplado, como una necesaria comprension del sentido profundo de la experiencia de la escritura para que escribir y leer sean formas de recuperar la subjetividad y de producir comunidad.
Ante la experiencia fugaz e irreflexiva de lo inmediato, de lo instantaneo, Rivera Garza propone la prudencia de inscribir en el lenguaje del dolor, el de la victima, para que sea posible traer la experiencia del testigo del horror al lenguaje y asi devolverle su sentido humano. Piensa que el escritor es un corresponsal (de guerra) entre la experiencia del dolor, el horror y el duelo, que cuestiona cual sera el legado de esta violencia. (11) Reflexiona sobre el poder que tiene el lenguaje para recuperar la condicion humana que se extravia en la violencia que destruye el cuerpo, que lo desmiembra para borrarlo. Y ante este horror, discute el papel del poeta como donador del lenguaje que haga posible una experiencia subjetiva del atestiguamiento de lo terrible y paralizante. Hemos considerado tres ideas, de una conversacion entre Rivera Garza y Javier Raya transcrita en Escribir poesia en Mexico II, para enmarcar el papel de la poesia ante el horror:
[JR] No podemos reconocernos en ese horror y por eso es la imagen de la Medusa, lo que te paraliza.
[CGR] Ciertamente y en ese sentido desfigurar es desubjetivar.
[JR] Solo un sujeto puede sufrir, solo un sujeto puede ser vulnerable. Pero para ser sujeto se requiere el reconocimiento del otro: dar el ser con la mirada, el ver.
[CGR] Entonces cualquier cosa que el lenguaje haga en el espejo de Medusa, cualquier cosa que esta herramienta social, que es parte fundamental de la condicion humana--que es contra lo que atenta el horror--se convierte en ese sentido, en un actor de resistencia, en un acto de resubjetivizacion, en un auto de reconfiguracion. De ahi la relevancia de la poesia, de ahi la relevancia de cualquier texto, pero especialmente del texto que estamos acostumbrados a denominar como texto poetico. (197-98)
Asi lo poetico podra recuperar o resanar el sentido de lo humano. Como se ha dicho antes, el sentido de la poiesis es la actividad subjetivadora.
En un segundo postulado tomado del ensayo, la autora retoma la importancia que debe darse a la forma, a la retorica como recurso de representacion y se pregunta: ?como hacer que el lenguaje sea elocuente para un lector disperso en ambos sentidos del termino?
[CGR] Lo que al escritor le toca, por otra parte, es pensar en el "como," es decir, no solo contar la historia sino tener un roce consciente, un trabajo dinamico y activo, con el lenguaje. Es la posibilidad de contarse la historia, en el tener acceso a las herramientas que nos van a permitir contarnos una historia, esta precisamente la importancia estetica y politica del discurso del dolor, que es un discurso al alcance de todos. (202)
Sugiere volver a la labor poetica como descubrimiento de la facultad del lenguaje para donar a las cosas de su sitio, para restaurar el sentido. Narrar estas vidas, esta condolencia que como mencionaba en Los muertos indociles, estaba en el proyecto de Jorge Harmodio, "@harmodio ayudenos a enviar 40,000 PESAMES AL PRESIDENTE DE MEXICO http://bit.ly/k44aSf" (220), implica una desapropiacion del texto, de la autoria, y una devolucion del lugar del escritor como mediador posible (ni neutral ni objetivo) entre el testigo del horror y el texto que lo devolveria al tiempo, que lo encararia con su experiencia de un modo productivo.
El sentido primario de esa produccion seria el duelo, la condolencia, la esquela, la lapida, la condena, el reclamo, la sanacion, la justicia. Concibe la impunidad como una forma de duelo aplazado. Asi una forma de hacer el duelo es la denuncia o la escritura que narra el proceso de vejacion, de despojo, de desfiguracion. En este panorama, la posibilidad de hacer que el escritor responda por la ausencia, la desaparicion forzada, el silencio de los amenazados, es una forma de desapropiarse de su texto y donarlo como voz, para que los otros que esperan un turno para tener palabra la tengan. Ese dar voz y turno de palabra estaria en lo que la misma autora denomina "Practicas de comunalidad contra la violencia": cartas, clases de escritura, talleres literarios repensados, leer como escritor, citas textuales, pero sobre todo por medio de la reescritura.
Cuando un escritor decide utilizar alguna estrategia de apropiacion--excavacion o tachadura o copiado--algo queda claro y en primer plano: la funcion de la lectura en el proceso de elaboracion del texto mismo [...] La lectura queda al descubierto aqui no como el consumo pasivo de un cliente o de un publico [...] sino como una practica productiva y relacional, es decir, como un asunto de estar-con-otro que es la base de toda practica de comunidad, mientras esta produce un nuevo texto. (267-68)
Toda lectura es un acto de produccion y toda escritura es apropiacion de otras lecturas de las que procede. La declaracion de esas procedencias va de la autoridad a la originalidad, un autor debe ser consciente de que es curador de textos, que acomoda y dispone, que no crea desde la nada. "Desapropiar significa, literalmente, desposeerse del dominio sobre lo propio" (270). Asi senala y cuestiona los procesos autorales para desentranar criticamente las practicas de comunidad que significan y dan sentido a los textos con los que sera posible dar experiencia a quienes no las pueden contar o escribir. Toda escritura es una manera de poner en practica una conciencia del otro, al que se escribe y del que se escribe. (12) En Rivera Garza hay una propuesta etica en la desapropiacion del espacio de la escritura que momentaneamente parece propia, pero que no puede ser egoista, sino una manera de contestar o recuestionar nuestra precaria educacion para la solidaridad comunal, para la ciudadania entendida en su sentido mas pleno. (13)
Y en tercer lugar, la autora propone el lenguaje como instrumento para otorgar a quien no puede usarlo de una manera para contarse:
El verdadero testigo es el que ha visto el horror, pero el que realmente ha visto el horror esta incapacitado para traernos el mensaje. Y tal vez, por eso, mucho de arte contemporaneo, como bien lo documenta Jacques Ranciere en El espectador emancipado, ha buscado formas dentro de este triangulo no equilatero (el horror, el dolor, el lenguaje) para ir desgajando esas historias que vienen de testigos resistentes, de testigos que por ser testigos no pueden, de hecho, desdoblar la historia como otros que no lo han sido. (203)
El horror como Medusa nos paraliza, para moverse de nuevo. Hay que narrarse, resubjetivarse, acudir a la cita que plantea la escritura y la comunidad que Rivera Garza construye en los textos estudiados. Desde ellos nos convida a encontrar la eudaimonia de los antiguos griegos y ejercitar la phronesis que nos ayude a recuperar la vida comunitaria, solidaria y responsable a la que se nos conmina todo texto, como el suyo, genuinamente poetico.
TECNOLOGICO DE MONTERREY, CAMPUS CIUDAD DE MEXICO
OBRAS CITADAS
Castro Ricalde, Maricruz. "?Acaso la higiene no es sinonimo de decencia? Nadie me vera llorar de Cristina Rivera Garza." Of Fatherlands and Motherlands. Gender and Nation in the Americas. Ed. Sebastian Thies, Gabriele Pisarz-Ramirez, Luzelena Gutierrez de Velasco. Alemania: Wissenschaftlicher Verlag Trier, Arizona State University, 2015. 175-86.
Estrada, Oswaldo. Ser mujer y estar presente. Disidencias de genero en la literatura mexicana contemporanea. Mexico: Universidad Nacional Autonoma de Mexico, 2014.
Gadamer, Hans George. Acotaciones hermeneuticas. Madrid: Trotta, 2002.
Lynam, Jessica. "Un palimpsesto renuente: reescribiendo a la mujer y el futuro en Nadie me vera llorar de Cristina Rivera Garza." Hispania 96. 3 (2013): 505-14. Web. 2 agosto 2017.
Louis, Annick. "Monumento Borges o '?que es hoy un autor?'" INTI77/78 (2013): 237-47. Web. 2 agosto 2017.
Rivera Garza, Cristina. El mal de la taiga. Mexico: Tusquets. 2012.
--. Los muertos indociles. Necroescrituras y desapropiacion. Mexico: Tusquets. 2013.
--. "A Network of Holes." Trans. Jen Hofer. World Literature Today 88.1 (2014): 33-34. Web. 2 agosto 2017.
--. "(Con) Jurar el cuerpo: historiar y ficcionar." Anuario de hojas de Warmi 15 (2010). Web. 2 agosto 2017.
Rivera Garza, Cristina. y Javier Raya. "Corresponsales de guerra: escribir de otra manera frente al horror." Escribir poesia en Mexico II. Prologo: Tedi Lopez Mills. Ed. Julian Herbert y Santiago Matias. Mexico: Bonobos, 2013. 193-230.
Sanchez Aparicio, Vega. "Perderse en los bosques: El mal de la taiga de Cristina Rivera Garza." La (re)invencion del genero negro. Ed. Alex Martin Escriba y Javier Sanchez Zapatero. Coruna: Andavira Editora, 2014. 437-44.
Sanchez-Blake, Elvira. "See the World Trough My Lens: Cristina Rivera Garza's Nadie me vera llorar. Latin American Women and The Literature Madness. Narratives at the Crossroad of Gender, Politics and the Mind. Elvira Sanchez-Blake and Laura Kanost. Jefferson: McFarland, 2015. 82-102.
Silverstein, Stephen. "Deleuzo-Guattarian becoming in Cristina Rivera Garza's La Cresta de Ilion." Letras Femeninas 41.2 (2015): 116-33.
(1) Oswaldo Estrada ha estudiado a Rivera Garza y otras escritoras mexicanas que "luchan contra la exclusion y el olvido, la marginacion historica al mismo tiempo que promueven epistemologias combatientes y alternativas" (Ser mujer y estar presente 30).
(2) Los estudios consultados insisten en la figura biografica que escribe. Vease al respecto el estudio de Louis. Proponemos una valoracion de la relacion etica con lo escrito que va mas alla de la propiedad.
(3) Para una valoracion del extravio en la escritura de Rivera Garza, vease el trabajo de Sanchez Aparicio.
(4) Vease Rivera Garza, "(Con) Jurar el cuerpo: historiar y ficcionar."
(5) Hay varios estudios de la reescritura de la historia en otras obras de la autora. Algunos aluden a la figura de la superposicion o palimpsesto de escrituras o voces para evidenciar esta dinamica de versiones de lo contado. Vease "Un palimpsesto renuente" de Lynam.
(6) La indecision es un recurso de la construccion de la tension de quien habla, que puede ocultar el nivel de omnisciencia con respecto a lo enunciado o el genero del enunciador, usadopor la autora. Vease el trabajo de Silverstein.
(7) Oswaldo Estrada, en Ser mujer y estar presente, ha estudiado a Rivera Garza como escritora trasgresora que critica las "teorizaciones reduccionistas con respecto a la imaginacion femenina" (233).
(8) Es decir lo que se sabe pero interrogando justamente su pertinencia y sus resonancias. Sanchez Aparicio llama a este proceso "la renovacion de la narrativa a partir de un metodo indagatorio" (439).
(9) Es complejo, de hecho, clasificar Habia mucha neblina o humo o no se que (2016) como una novela o ensayo, pues los textos fluyen en niveles distintos y confluyen en las reflexiones sobre la apropiacion.
(10) Cristina Rivera Garza ha redefinido la escritura de la historia, y al hacerlo correlaciona el genero, la clase y la nacion como construcciones de esa actividad. Vease "See the World Trough My Lens" de Elvira Sanchez-Blake.
(11) V ease "A Network of Holes," de Rivera Garza.
(12) Castro Ricalde sostiene que Rivera Garza ha trabajado esta conciencia del otro, en Nadie me vera llorar, como una forma de reescritura encima como sena que reconoce lo que estaba antes y otras estrategias intertextuales.
(13) Segun Sanchez Aparicio, en Rivera Garza estas practicas de apropiacion respaldan una actitud critica frente a las mutaciones de la esfera planetaria y transfronteriza desde la escritura.