出版社:Utrecht University, Maastricht University, Groningen University
摘要:A pesar de la existencia del historial farmacoterapéutico (HFT) único informatizado, es frecuente que no esté actualizado y haya discrepancias entre lo que el paciente dice que toma y la medicación prescrita en su HFT. Nos encontramos ante un problema de seguridad del paciente. Los farmacéuticos comunitarios (FC) son agentes de salud que se encuentran en una posición ideal para detectar estas discrepancias y así evitar eventos adversos relacionados con la medicación. La novedosa práctica implementada consiste en involucrar al FC en el mantenimiento del HFT actualizado. Si en el momento de la dispensación detecta una discrepancia entre lo que el paciente toma y lo que aparece en su HFT, invita al paciente a realizar una entrevista estandarizada y elabora un informe de conciliación que envía a las farmacéuticas de atención primaria (FAP). Éstas, tras revisar el informe, lo reenvían al médico prescriptor y es éste (conjuntamente con el paciente) quien concilia la medicación y decide si continuar con el tratamiento, modificarlo o suspenderlo. El objetivo de la práctica es detectar discrepancias y resolverlas para evitar que ocurran eventos adversos relacionados con la medicación. La coordinación interdisciplinar, así como la implementación de una estrategia para fomentar la participación activa del paciente en su tratamiento, pretende que tanto los pacientes como los profesionales sanitarios asuman su responsabilidad, para que el HFT esté actualizado en todo momento. La población objetivo son todas las personas que viven en los municipios de Irún y Hondarribia. La investigación tiene una duración de un año, desde octubre de 2015 hasta septiembre de 2016. La buena práctica se mantiene en la actualidad. Este proyecto nos ha permitido implementar un novedoso modelo de coordinación entre las FC de Irún y Hondarribia, y las Unidades de Atención Primaria de la OSI Bidasoa. Se captaron 143 pacientes en las FC y se concilió la medicación a 126 de ellos. Se detectaron 259 discrepancias, de las cuales los médicos conciliaron 228. Se modificó el tratamiento en 172 de los medicamentos conciliados (suspendidos 125, pauta modificada 31 e inicio de tratamiento 16). La media de medicamentos antes (9.17) y después (8.15) de la medicación se redujo en un medicamento. Mantenemos la intervención como una buena práctica, pero de las 10 FC que empezaron la intervención, 3 años después, sólo participa activamente una de ellas. Tenemos planificado desplegar acciones para fomentar la participación de más FC; para ello debemos conocer las limitaciones que tienen para implementar esta buena práctica. Esta práctica podría extenderse a cualquier otra área geográfica. La intervención ha supuesto la reducción, de media, de un medicamento activo en el HFT, lo que podría conllevar un menor número de errores de medicación. Esta intervención ha mostrado que la detección de discrepancias en la FC y su comunicación a la atención primaria es un método efectivo e innovador. Involucrar a todos los agentes de salud y a los pacientes en los tratamientos es una buena práctica que debería extenderse.