摘要:Decía, entre otros, Johann Wolfgang von Goethe «La vida es demasiado corta para beber vino malo». En este pintoresco proverbio se reflejan las visiones multicolores del mundo de tipo epicúreo que caracterizan a las élites posmodernas. A la infantil terquedad de este nihilismo, quisiera oponer el optimismo de la visión cristiana del mundo y del hombre. Ese optimismo que San Pablo expresa con entusiasmo en su Carta a los Romanos: «con la alegría de la esperanza; constantes en la tribulación; perseverantes en la oración; compartiendo las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad» (12,12-13). Es un hecho que la vida en la tierra es corta, y a medida que pasa el tiempo, el hombre percibe más la brevitas vitae como un desafío existencial.