摘要:Este trabajo se propone revisar el rico período de la vida política brasileña, entre 2011 y 2014, para conocer las demandas y percepciones de los jóvenes militantes sobre los derechos, especialmente los derechos a la educación que se venían incorporando a las políticas públicas para la juventud y al Estatuto la Juventud. El objetivo es pensar de qué modo la construcción de un marco institucional y legal se convierte en un instrumento de movilización para la juventud, y en general, de lucha por la ampliación de sus derechos. En esta clave de interpretación, es posible pensar de manera más compleja en las relaciones entre la juventud militante y no militante, presentes en el eslogan “¡Ningún derecho menos!", que resonó en las manifestaciones de 2013, pero que fue elaborado por toda una generación de jóvenes activistas políticos. La conclusión es que escuchar a la juventud organizada contribuye de manera importante al debate, especialmente por ampliar temáticas y dar visibilidad a los nuevos sujetos de derechos surgidos en el reciente ciclo de políticas públicas de juventud en el país, que parece terminar en 2016, con la ruptura producida en el Gobierno Federal y la consiguiente extinción de numerosos programas y políticas que venían garantizando, aunque tímidamente, la ampliación de los derechos de los jóvenes brasileños.
其他摘要:This paper reviews the rich period of Brazilian political life between 2011 and 2014 in order to discover the demands and perceptions of young militants regarding their rights, especially those related to education, which have been incorporated into the youth public policies and the Statute of Youth. The objective is to analyze how the building of an institutional and legal field has worked as a mobilization tool for young people in the general fight for the expansion of their rights. Thus, it is possible to contemplate complex relationships between militant and non-militant youth present in the slogan "No Right to Less!” which was echoed in the demonstrations of 2013, and was the product of a whole generation of young political activists. The final conclusion is that the listening process of organized youth is an important contribution to the debate, especially by expanding themes and bring to light new legal subjects that arose in the recent cycle of public policies for youth in the country, which seems to end in 2016 with the rupture that occurred in the Federal Government and the consequent extinction of numerous programs and policies that were ensuring, albeit timidly, the expansion of young Brazilians’ rights.