期刊名称:Boletín de la Asociación de Geógrafos Españoles
印刷版ISSN:0212-9426
电子版ISSN:2605-3322
出版年度:2019
期号:81
页码:1-38
DOI:10.21138/bage.2698
摘要:La concepción dominante de barrio, basada en el enfoque neo-ecológico de la Escuela de Chicago, asume que las relaciones vecinales se producen en espacios delimitados, virtualmente desconectados de las totalidades urbanas y en torno a comunidades significativamente homogéneas y cohesionadas. Este artículo demuestra que: 1) En Chile, la utilización ideológica de esta concepción de barrio se ha vuelto hegemónica en las políticas públicas y en el ámbito académico, ha legitimado y reproducido la fragmentación del tejido social asociativo, y ha reducido la capacidad de los actores para participar en la producción de lo urbano; y 2) Pese a las restricciones institucionalizadas, es posible disputar el sentido de lo vecinal en base a la praxis territorial. El artículo analiza dos casos de estudio en los cuales, a partir de una base organizacional fragmentada, los actores fueron capaces de articularse de maneras que complejizaron sus marcos espaciales, diversificaron las formas y niveles de vinculación, y mejoraron la capacidad de incidencia de sus comunidades. Ambos casos muestran que las relaciones vecinales pueden ser entendidas más allá de la idea predominante de barrio, es decir, no constreñidas por delimitaciones físicas (lo que llamamos ‘vecinal cerrado’), sino con flexibilidad expansiva más allá de ellas (‘vecinal abierto’); no limitadas a comunidades homogéneas, sino organizadas en redes que articulan distintos tipos y modalidades de comunidad.
其他摘要:The dominant neighborhood conception, based on the neo-ecological approach of the Chicago School, assumes that neighborhood relations occur in delimited spaces, virtually disconnected from urban totalities and around significantly homogeneous and cohesive communities. This article demonstrates that: 1) In Chile, the ideological use of this neighborhood concept has become hegemonic in public policies and in the academic sphere, has legitimized and reproduced the fragmentation of the associative social fabric, and has reduced the capacity of the actors to participate in the production of the urban; and 2) In spite of the institutionalized restrictions, it is possible to dispute the meaning of the neighborhood based on territorial praxis. The article analyzes two case studies in which, from a fragmented organizational base, the actors were able to articulate themselves in ways that made their spatial frames more complex, diversified the forms and levels of linkage, and improved the communities' capacity for advocacy. Both cases show that neighborhood relations can be understood beyond the predominant idea of neighborhood, that is, not constrained by physical delimitations (what we call 'closed neighborhood'), but with expansive flexibility beyond them ('open neighborhood'); not limited to homogeneous communities, but organized in networks that articulate different types and modalities of community.