摘要:Los ejercicios y habilidades físicas exigidos al caballero medieval fueron semejantes a los que se pedían al militar espartano, ateniense y romano. Debían ser ágiles, fuertes, rápidos y diestros en el manejo de las armas a pie y a caballo. Tan importante como una buena forma física era conocer la Historia cantada por ayos y juglares en los momentos de ocio, a través de la cual se familiarizaban con las tradiciones, leyendas, héroes nacionales y los paradigmas que distinguían a un pueblo de otro. El abanico de héroes alabados y ensalzados de generación en generación eran otros tantos modelos destinados a troquelar la personalidad colectiva de cada pueblo. San Isidoro de Sevilla, Ramón Llull, el rey Alfonso X el Sabio y Don Juan Manuel son los principales escritores interesados en ensalzar la figura del caballero y su educación. En los siglos XII, XIII, XIV y XV, e incluso en pleno renacimiento, se practican juegos físicos de exhibición, en los que los caballeros buscan la fama y la fortuna: justas, torneos, juegos de tablados, juegos de cañas y pasos de armas, llamados también «pasos honrosos», se practican con gran aceptación popular en la Europa occidental, en la central, en el Imperio Bizantino y en el mundo musulmán.