摘要:El oppidum de La Ulaña, que tiene una extensión de 285 ha, es el mayor de los asentamientos de la Península Ibérica durante la Segunda Edad del Hierro. Los trabajos arqueológicos han puesto en evidencia un sistema defensivo que combina elementos naturales, como un gran foso de 301 ha, que rodea el yacimiento y que tiene una serie de muros que lo compartimentaban, limitando la circulación y el acceso a los recursos hídricos, y estructuras antrópicas, como una muralla en su lado Norte, el más accesible, y otra que corta el asentamiento en dos partes desiguales. Una serie de caminos entraban en él a través de portillas naturales, dejando expuestos a los visitantes frente a los pobladores. Las viviendas excavadas y los materiales exhumados lo relacionan, fundamentalmente, con la Meseta Norte y el Valle del Ebro. Asimismo, los datos arqueológicos indican un abandono, no necesariamente voluntario, en la segunda mitad del siglo I a. e. El estudio de los restos de macromamíferos encontrados en él muestra una economía basada, principalmente, en la explotación de ganado vacuno, seguida del aprovechamiento de ovicaprinos y suidos. Destaca, a pesar de la escasez de restos hallados, el consumo alimenticio de caballo. Las evidencias de caza han resultado mínimas, sólo representadas por jabalí. Esta información se contextualiza con el resto de los datos arqueológicos que, hasta la fecha, ha proporcionado el oppidum, con objeto de establecer un panorama de las actividades económicas realizadas en él durante la Segunda Edad del Hierro, haciéndose hincapié en los problemas de conservación de los materiales alterados por diversos procesos post-depósito.