En los últimos años, la neurociencia ha demostrado los beneficios particulares y globales del ejercicio y de la vida activa en la salud de los escolares, ya que enriquecen las redes neuronales, la plasticidad y producción de neurotransmisores que favorecen distintos dominios del comportamiento y condición humana. En este contexto, el objetivo del ensayo es dialogar en función de la importancia de una vida activa en el contexto educativo y de una disciplina que no solo cumple un rol a nivel cerebral o morfofuncional, sino más bien multidimensional, que emerge desde el nivel molecular, celular, cerebral, sistémico, psicológico y social. Por ello, una de las principales conclusiones tiene que ver con la posibilidad de permitir a los y las estudiantes que sean capaces de comprender y reflexionar en función de sus procesos vitales, que posibilitan sus aprendizajes como un continuo armónico entre la organicidad y la cultura, entre vida y lenguaje.