摘要:La aparición en la escena artística parisina de las obras de Seurat y Signac en la octava exposición impresionista (1886) dio pie a una errónea equiparación entre algunos planteamientos técnicos divisionistas con los de los impresionistas puros, especialmente el que atribuye a éstos el uso de la mezcla óptica del color, es decir, la fragmentación del color en sus componentes y la reconstrucción del tono en la retina del espectador. Este artículo trata de indagar en las causas, antecedentes, génesis y evolución del mito, que ha confundido a eminentes historiadores, críticos y artistas y que persiste hasta nuestros días respaldado por el principio de autoridad.