摘要:El envejecimiento de los destinos turísticos se presente hoy como una derivada particular del problema general de la obsolescencia de las tramas consolidadas. El caso de Canarias ha sido pionero junto a Baleares, en la formación de un marco jurídico y de incentivos que facilitara la renovación. El éxito de las iniciativas ha sido desigual, encontrando en las leyes 2/2013 y 9/2015, un cambio en la tendencia aparentemente positivo. Tras el camino recorrido, y ante los primeros resultados, se advierte una progresiva desconexión con el enfoque territorial y los principios de la sostenibilidad con los que se habían comprometido la renovación.