摘要:Siempre ha sido difícil definir qué es una ciudad y ahora lo es más porque el auge de los negocios inmobiliarios la ha tenido sometida a una transformación incesante, incluyendo sus áreas periurbanas. Con ello, también la segregación ha adquirido un estado de mutación constante y, de hecho, ya no parece estabilizarse, como en el pasado, en patrones espaciales reconocibles. Esto ha estado sucediendo en las ciudades chilenas, como en las de muchos otros países. Resulta comprensible, así, la tentación de sustituir las definiciones físico-geográficas y planimétricas, tanto de ciudad como de la segregación, por otras que enfatizan los procesos. ¿Quiere decir, entonces, que la dimensión físico-espacial de la ciudad carece de importancia como, implícita o explícitamente, argumentan los economistas neoliberales y los urbanistas apegados a enfoques estructuraldeterministas? Es cierto que la pandemia del COVID19 hace evidentes las flaquezas de estos enfoques que desconsideran lo espacial, pero eso no resta relevancia al examen de su armado teórico, el que se abordará aquí con base en una revisión crítica de la literatura especializada y en testimonios de especialistas recogidos por un estudio sobre segregación en tres ciudades chilenas, del cual este artículo es resultado. Concluiremos estas páginas planteando la necesidad de reforzar la investigación empírica de la ciudad y la segregación, lo mismo que nuestra atención a sus dimensiones subjetivas.