摘要:Algunas conductas sexuales infantiles se asocian a experiencias de abuso sexual, pero ninguna de forma inequívoca. Es posible, por ello, que los profesionales apliquen criterios no fundamentados y muestren sesgos personales al detectar y notificar posibles abusos. Para comprobarlo, aplicamos un método experimental de viñetas basado en la Encuesta Factorial con el que presentamos a 974 profesionales españoles e hispanoamericanos de seis ramas (Psicología, Educación, Salud, Servicios Sociales, Justicia y Fuerzas del Orden) situaciones hipotéticas de conducta sexual prepuberal (variando el sexo, la edad del prepúber y el tipo de conducta) y pedimos valorar: a) si creen que indican abusos, y b) si denunciarían en las instituciones. También medimos factores sociodemográficos, académico-profesionales y actitudinales. Según los análisis, las sospechas de abuso dependen más de factores personales, y la intención de notificar, de factores situacionales. El principal criterio adoptado es el tipo de conducta realizada, de forma que las muestras de agresividad sexual y conocimiento sexual precoz tienen más probabilidad de sugerir abusos y ser notificadas. La actitud hacia la sexualidad parece generar sesgos, dado que los profesionales más erotofóbicos tienen más probabilidad de tener sospechas. En todo caso, ninguna conducta sexual infantil se interpreta como evidencia de abusos sexuales.