出版社:Centro de Estudos Geográficos, University of Lisbon
摘要:La capacidad de planificar deriva de la voluntad de los planificadores y de su conceptualización del territorio, además de otros elementos del “entorno de decisión”. Algunos autores han puesto el acento en la “cultura de la planificación” (la vieja discusión sobre lo ideal –normativo – y lo posible – real – en la teoría de la planificación), pero esta vez como determinante de la “planificación de la conducta”, de la acción desde los tomadores de decisiones. Más específicamente identifican las “características del ambiente de decisión”: la estructura formal-legal, la estructura informal y las características del sistema de gobierno. Así, la planificación del territorio deriva del resultado del juego democrático ( accountability, responsability y sustainability) entre los poderes presentes en el territorio. Por tanto debemos poner en relación la cultura de planificación como ethos colectivo, y las actitudes de los planificadores, con la propia función del Estado. El objetivo: facilitar una fluida relación entre gobierno, buen gobierno, gobernanza y gobernabilidad efectiva de los territorios. En el texto se pretende abordar esta circunstancia y orientar al lector para comprender y mejorar este proceso. Se recupera para ello el valor de la phronesis aristotélica, adaptada al contexto actual. En su primer apartado se presenta el cambio que en materia de planificación supone la teoría de la racionalidad deliberativa, y sus límites. En el segundo, tomando a Foucault como referencia, se introducen las relaciones de poder como crítica y respuesta a los planteamientos de Habermas. En el tercero se propone la frónesis como opción que aúne ambos planteamientos y sirva de base para una nueva planificación y gestión territorial, mediante una mejor consideración del territorio en la agenda política. Se concluye que se ha venido avanzando especialmente en la investigación en planificación fronética, una parte de la ecuación, pero no tanto en la más importante frónesis de la política (tomadores de decisiones). Ello reclama una reorientación del foco de atención que pase del estudio de los instrumentos y marco legal de la planificación territorial, al de los procesos mediante los que se toman las decisiones, al de los sistemas de evaluación y seguimiento (de impacto territorial), pero sobre todo al de la forma en que promover una nueva cultura territorial más vigilante (‘areté’ aristotélica). Muchas de las innovaciones y pretendidos avances encuentran sus problemas no tanto en la definición de nuevos marcos legales e instrumentales sino en el hecho de que la población no los llega a comprender y, lo que es peor, no los comparte.