摘要:Diversos modelos urbanísticos confluyen en la frontera México-Estados Unidos. El modelo fronterizo tiende a configurarse y diferenciarse como un híbrido cultural complejo a partir de los dos modelos nacionales. Partiendo de la hipótesis de que estas ciudades están marcadas por el efecto de frontera, exploramos los rasgos que advierten la posible emergencia de este modelo peculiar. La abrupta separación territorial jurídica es permeable a los flujos socioeconómicos y aún demográficos, pero también a nuevas formas de control disciplinario sobre el territorio expresadas en la proliferación de barreras físicas en el interior del tejido urbano. El proyecto de ciudad en construcción privilegia del lado mexicano el urbanismo defensivo, que abordamos en el entorno construido como recurso de identidad. Los nuevos consumos de espacio físico en la ciudad enfatizan el aspecto lúdico de los innumerables segmentos materiales que la integran, emergiendo cada uno a la manera de atractivo consumible autónomo. El escenario resultante tiende entonces a constituirse en su totalidad con bienes adquiribles, donde los promotores inmobiliarios ofertan la vivienda –el espacio de consumo por excelencia- validos de técnicas de marketing inductoras del encuentro feliz del residente con el hábitat acorde a los más caros valores de su identidad, y por lo mismo, vueltos imprescindibles. El espacio ha de consumirse tras la cualificación material, el tratamiento simbólico y el acotamiento parcelario derivado de capacidades adquisitivas y expectativas de estilo de vida, una identidad prefabricada.