El área arqueológica de O Peto se descubrió durante el control arqueológico de la construcción de la Autopista Santiago-Alto de Santo Domingo. Se trata de un ejemplo significativo de la existencia de estructuras anejas en el entorno inmediato del recinto habitacional de los castros de la Edad del Hierro. Constituye un espacio claramente artificializado en el que se superponen estructuras excavadas en la roca, de naturaleza y finalidad diferentes. A este respecto se configura un espacio construido ¿aparentemente multifuncional- que experimentó sucesivos procesos de ampliación, redefinición, sellado intencionado y abandono entre la Edad del Hierro y Época Romana. La información aportada por la excavación indica que este yacimiento albergó un complejo minerometalúrgico caracterizado tecnológicamente por la utilización de hornos bajos prerromanos sin sangrado de escoria que procesarían el mineral extraído en el propio yacimiento.