摘要:Como el recuerdo del séptimo Duque de Béjar irá siempre unido a Don Quijote, el del primer
Marqués de Frechilla no se podrá nunca separar de la Corte na aldeia que Francisco Rodrigues
Lobo tuvo a bien poner a su amparo, en Leiria, a 1 de diciembre de 1618. Con todo, la equipara-
ción entre los dos magnates quizá no sea la más adecuada porque, mientras la memoria de Alonso
López de Zúñiga viene a colgar de una nota a la controvertida dedicatoria cervantina, con no poco
desaire por cierto1, la memoria de D. Duarte de Braganza ha terminado por vincularse a un cono-
cidísimo pasaje sobre la actitud nobiliaria ante el Portugal de los Felipes cuyo calado documental
e historiográfico es indudable2.