El profesional de las actividades motrices ha de desempeñarse en el marco de una sociedad moderna donde los valores morales y éticos están en cuestionamiento, donde se identifican nuevas representaciones y contenidos de cuerpo, salud, estética, tiempo libre, deporte y, en general, relaciones de movimiento y corporalidad que se entretejen en unas circunstancias sociales particulares que crean una cultura cotidiana y la simbolización de las actividades deportivas (cultura somática).