Frente a la pregunta sobre el desarrollo del potencial humano y la función de la motricidad en esta tarea de humanización, se propone una pedagogía que busca activar en las personas la capacidad del movimiento intencionado y significativo que conduzca al autoconocimiento. Esta propuesta ubica a la acción y sus múltiples dimensiones como el fundamento de la experiencia humana, caracteriza a la motricidad como capacidad desde una perspectiva compleja y sistémica, y recupera como centro del aprendizaje el conocimiento de sí mismo para ser capaces de actuar con libertad y poder desarrollar el potencial personal.