Asistimos a una crisis generalizada de confianza en la información financiera provocada por numerosos escándalos bursátiles acontecidos este año. Esta crisis coincide con un proceso de cambio de la normativa contable aplicable en Europa a las cuentas consolidadas de las empresas cotizadas que culmina en el 2005. La coincidencia no es casual; evidentemente la eficiencia y transparencia de mercados de capitales globalizados exige de una información financiera relevante, fiable y comparable, y es precisamente en tiempos de crisis cuando estos debates recobran protagonismo. Los organismos supervisores de los mercados y los organismos contables trabajan intentando asegurar la fiabilidad (con normas de calidad y controlando su aplicación con mecanismos sancionadores y preventivos), buscando la relevancia (exigiendo revelar aspectos tan importantes como el capital intelectual), y finalmente en un mercado globalizado, buscando la comparabilidad, requisito común a los dos anteriores. Ya hay proyectos en marcha que sustentan este loable objetivo pero, ¿sabemos realmente en qué partidas especialmente y en qué cuantías, se sustentan las actuales diferencias?. La respuesta a esta cuestión da una pista sobre el grado de homogeneización que razonablemente podemos esperar en los próximos años