Al final del siglo XIX el gremio farmacéutico mexicano enfrentó una difícil situación debido a la ardua competencia de boticarios y yerberos en la venta de medicamentos. Prueba de ello son ocho tesis de Farmacia sustentadas por jóvenes estudiantes de la Escuela de Medicina de la ciudad de México en la década de 1890. En esta valiosa fuente histórica se aprecian distintas reflexiones en torno a las actividades profesionales de los farmacéuticos como la pertenencia de éstos al ámbito científico, el sustento económico de su trabajo en las boticas, la búsqueda del monopolio terapéutico en contra de los boticarios, las demandas legales necesarias para la protección de su profesión, las diversas innovaciones teórico-prácticas llevadas a cabo en el laboratorio y la presencia de los medicamentos de patentes provenientes de la industria europea y estadounidense.