摘要:El siguiente artículo repasa brevemente el actual panorama sindical polaco. Partimos de la actividad de las uniones a nivel de empresa, constatando su escasa presencia fuera de las compañías estatales. La hostilidad de los empresarios en el sector privado y la pérdida de confianza entre los trabajadores ha resultado en una rápida caída de la afiliación, que coloca a los sindicatos en una situación cada vez más débil. Las oleadas de huelgas promovidas a principios de los noventa parecen haber quedado atrás, dando paso a una etapa de progresiva desmovilización. Determinados sectores especialmente conflictivos, como las minas, la siderurgia y los astilleros, no han abandonado sus protestas, pero tampoco han conseguido frenar los planes de reestructuración ya abordados por los sucesivos gobiernos, bajo la presión de la Unión Europea. La pérdida de influencia de las uniones mayoritarias ha llevado a éstas a replantearse sus estrategias, definidas hasta ahora en función de la lucha política, más que de los intereses de los trabajadores. La pérdida de credibilidad en que han resultado sus últimas aventuras electorales, sobre todo en el caso de Solidarnosc, parece conducir a una redefinición de sus objetivos, que según el discurso oficial volverían a centrarse en las labores estrictamente sindicales. Este propósito, sin embargo, no es precisamente nuevo. Entre los cambios necesarios para hacerlo posible figuran algunos tan complejos como el relanzamiento del diálogo tripartito y la superación de los interminables conflictos que enfrentan a las distintas organizaciones sindicales.