Nada más difícil que solicitar tolerancia cuando todos se preparan para un enfrentamiento. Sin embargo, si queremos realmente cambiar viejos hábitos polémicos y ser capaces de proyectar y luego construir una sociedad, sobre bases humanas distintas, nos será preciso no solo aceptar la pluralidad de opiniones en el seno de nuestra comunidad sino, incluso, mejor aún: desearla. En esa dirección se encaminan estas reflexiones: un proyecto de sociedad y de socialismo, tendrá en el debate del presente, tanto en sus contenidos como en sus formas, los elementos que determinarán su fracaso o su éxito en el futuro.