Los países iberoamericanos enfrentan desafíos simultáneos desde diversos frentes. Las amenazantes tendencias del orden mundial, la vulnerabilidad de los sistemas económicos nacionales y los obstáculos a la consolidación de la democracia y la libertad como valores supremos de nuestra cultura. Cada uno de nuestros países debe generar, desde adentro de cada realidad nacional, respuestas impostergables a tales desafíos. Pero la convergencia de este grupo de países, unidos por una común tradición histórica y problemas, en buena medida semejantes, constituye un elemento importante para enriquecer las opciones abiertas a cada una de nuestras naciones.