«Con la democracia se come, se educa y se cura», dijo el presidente Raúl Alfonsín durante su campaña electoral de 1983. Al iniciar el 10 de diciembre de 1988 su quinto y último año de mandato, se habrá demostrado que aquellas palabras no eran ciertamente una profecía: lo evidencian el récord de desocupación y la baja del salario real, la acentuada deserción escolar y el deterioro del sistema estatal de salud, algunas de las dramáticas señales del presente argentino.